Editorial Parte 2: Gobierno Petro: decrete la reforma laboral ya

Hace meses, casi desde la posesión de Petro y ante la evidente intransigencia y avaricia de la burguesía, que nunca tuvo intención de aprobar ninguna reforma; desde el PST hemos venido alertando de que la estrategia parlamentaria es un fracaso, y para ser más directos, un fraude en sí misma. El Gobierno y sus seguidores, incluidas las direcciones de las centrales obreras, han estado presentando a la población, diferentes versiones de la misma estrategia de concertación y “lucha en el parlamento”.

Ante el hundimiento del proyecto de reforma laboral en el Congreso, que dicho sea de paso era bastante tibio y conciliador, el Gobierno anunció una consulta popular y, con la colaboración de las direcciones de las centrales obreras, llamó a la movilización, agitando la consigna de paro nacional; finalmente, convocaron a una Cumbre Nacional, que consistió en un espacio cerrado al debate en el que hablaron los dirigentes de las centrales y del petrismo, informando a los asistentes de su decisión de convocar al “paro nacional”; aunque para dar apariencia de democracia se permitieron algunas intervenciones de dos minutos que no tuvieron ningún eco.

La reforma laboral de bolsillo causó confusión.

Tras el anuncio del paro nacional, la burguesía no se quedó atrás, se vio obligada a revivir en el Congreso la reforma laboral, presentando otra ponencia a través de Angélica Lozano, y la aprobó aceleradamente, en la que se recogía parte de la ponencia del gobierno, pero sin tocar importantes puntos de las contrarreformas de la Ley 50 y la Ley 789; cediendo unas cuantas migajas, pero quitando mucho más. Ese es el contenido de la “reforma” pensional y la “reforma” agraria aprobadas recientemente.

La estrategia del Gobierno confundió a las masas… más.

Luego de la caída de la consulta popular, surgió el descontento con el Congreso y la burguesía, las masas se mostraron dispuestas a tomar las calles para lograr las reivindicaciones laborales. Sin embargo, la movida de Petro fue volver a presentar la consulta ante el mismo Congreso, con unas preguntas más sobre el tema de salud. Entonces cuando la gente estaba lista para pasar a la movilización, aparece un nuevo interludio para ver si en el Congreso se aprobaba esta nueva versión.

 

¿Y ahora qué?

El pulso continúa, la burguesía lleva lo que ha avanzado de la “reforma” laboral a plenaria del Senado, mientras el gobierno mantiene la consigna de la consulta popular y el llamado a la movilización al mismo tiempo, todo al servicio de la concertación para ver si logra el impulso para la reforma a la salud y tener fuerza para las elecciones de 2026.

Insistir en la consulta es un fraude que siempre termina chocando con la pared del Congreso; de aprobarse esta versión de la consulta o de decretarse, habría que vencer la abstención y la campaña de la derecha que podría ser similar a la del plebiscito por “la paz” en 2016, si la votación se hiciera y el resultado fuera afirmativo, se tendría que regresar al Congreso para que legisle la implementación de lo aprobado.

Le queda poco tiempo a este Gobierno. Petro debe decretar ya mismo las medidas elementales para reivindicar los derechos de la clase trabajadora: alza general de salarios indexados al costo de la canasta básica, disminución de la jornada laboral para combatir el desempleo, prohibición de la tercerización en todos los niveles (rural, salud, aplicaciones, etc.), plan de obras públicas y formalización laboral, empezando por el aparato del Estado, apoyado en el no pago de la onerosa y fraudulenta deuda externa para financiarlo.

¡Alza general de salarios indexados a la canasta básica!

¡Prohibición de la tercerización laboral a todos los niveles!

¡Reducción de la jornada laboral ya!

¡Qué el Congreso expida el Estatuto del Trabajo en cumplimiento del artículo 53 de la Constitución!

Comité Ejecutivo PST

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