Elecciones en Estados Unidos: El significado de la reelección de Trump para Colombia

El triunfo de Donald Trump, en las elecciones de Estados Unidos, es la manifestación de la falta de alternativa de dirección para la clase trabajadora y los pueblos de todos los países. Ante eso se impone la alternancia de gobiernos “liberales” (conocidos como de derecha moderada o incluso centro izquierda) o “progresistas”, y conservadores, más de “derecha”, o supremacistas.

Las direcciones mayoritarias del movimiento obrero se han entregado a la salida electoral para reformar el sistema, no impulsan la salida de la movilización y la revolución para derribarlo. Ante eso los electores, desesperados por la crisis que golpea, buscan la salida alternando gobiernos defensores de los intereses del capitalismo de diferente partido. Es en ese contexto en que ha sido elegido Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

En esencia Kamala Harris y Donald Trump defienden los intereses imperialistas de los capitalistas norteamericanos, intereses que chocan con los de los pueblos de todos los países semicoloniales, con los intereses de los inmigrantes, con los de los trabajadores norteamericanos, con los de todos los oprimidos y explotados del mundo. Si hubiera ganado Kamala Harris, su política, en general, sería la continuidad de la política de Joe Biden, el actual presidente estadounidense, es decir, de apoyo al genocidio sionista, saqueo y expoliación de otros países, continuidad de las políticas anti migrantes pero con mayor discreción, etc., mientras que con Trump puede haber al gunas diferencias.

Trump ha señalado que su gobierno no colocará recursos para instituciones imperialistas, como la OTAN, si los demás países no aumentan su aporte; intentará acordar con Putin la negociación de una paz con anexiones para terminar la guerra en Ucrania; aumentará el apoyo al gobierno sionista de Netanyahu; incrementará su intervención contra los países semicoloniales y aumentará los aranceles para los productos importados, como parte de la guerra comercial con China, entre otras medidas imperialistas, con un giro de proteccionismo para su propio país.

Colombia y el gobierno de Trump

A pesar de que a Trump le importa menos Latinoamérica que Europa, no dejará de entrometerse en los asuntos internos de los países del continente y se agudizará la disputa con el gobierno de China por el mercado en esta región. Para la clase trabajadora colombiana sí es importante quien gobierna el país imperialista al cual tenemos la mayor cantidad de lazos de sujeción.

En Colombia puede tener algunos choques o roces con el gobierno de Petro que se notarán porque con el gobierno de Biden no ha habido problemas; la relación de sumisión ha sido buena. Incluso, Petro le ha ofrecido la isla Gorgona para que monte una base militar más, disfrazada de “Subestación de Guardacostas”.

Trump puede amenazar con no certificar el país en la alianza de la “lucha contra las drogas”, con el retiro de “apoyo” en programas de “cooperación” en varios niveles; y posiblemente se afecten las exportaciones de Colombia a Estados Unidos por la política proteccionista de Trump.  También los ingresos por remesas pueden verse afectados por la persecución a los colombianos en suelo norteamericano, cuestión que tiene importancia en el PIB.

Otro tema de posibles tensiones podría ser el del medio ambiente, y el financiamiento a los hipócritas planes de energías verdes o capitalismo sustentable, que Trump no se molesta en defender.

No solo se generarán mayores tensiones entre el gobierno de Petro y el de Trump por los asuntos políticos y económicos en general, sino a través de la extrema derecha colombiana, que tratará de aprovechar el triunfo de Trump para posicionarse hacia las elecciones de 2026. No debe sorprender que, desde ya, el uribismo venga reuniéndose con gente del partido republicano, o que busquen su respaldo para algún tipo de maniobra reaccionaria contra el Gobierno.

Retomar la lucha antiimperialista

El presidente de los Estados Unidos será Trump, a partir de su posesión personificará –como hoy Biden– al comandante en jefe del imperialismo mundial, y por tanto, al archienemigo de la clase trabajadora y los pueblos del mundo. Lejos de intentar plegarse a su política, Gustavo Petro debería encabezar –en coherencia con sus discursos contra la desigualdad, el colapso ambiental y el tema de las drogas– la lucha antiimperialista por el mundo y el continente. Intentar plegarse a los deseos y caprichos del nuevo inquilino de la Casa Blanca solo profundizará la sujeción de Colombia a Estados Unidos, y empobrecerá más al país.

Pero Petro no hará esto por su propia iniciativa, más allá de algún discurso belicoso, Petro buscará negociar y concertar, intentando adaptar su discurso y acciones a la nueva realidad, pues es la esencia de su política, y nunca ha mostrado interés en romper con el imperialismo. Por ejemplo, se jacta de pagar cumplidamente la deuda, y se enorgullece de su buena relación con Biden.

Es por eso que, desde las organizaciones de los trabajadores y las organizaciones sociales, que pusimos a Petro en la presidencia, debemos presionar y exigir. Desde el inicio de este gobierno las direcciones de las centrales obreras, que son las que en buena medida fugen como direcciones de los trabajadores, y la gran mayoría de los partidos de izquierda se han olvidado de la lucha antiimperialista, seguramente para estar a tono con la política de Petro, por ejemplo, se han negado a movilizar frente al tema de Gorgona, y hasta han celebrado el aval de organismos como la OCDE y el FMI a la política de Petro, pero es necesario que ahora convoquemos  la movilización y la lucha antiimperialista.

Debemos exigir la ruptura con el imperialismo expresada al menos en las siguientes medidas:

-No al pago de la deuda externa

-Ruptura de los pactos económicos de sujeción a la OCDE y al FMI, ruptura total con Israel

-Ruptura de Colombia con la OTAN de la cual es socio global

-Salida de los militares estadounidenses que siguen en bases -colombianas sea cual sea su “misión”

-Suspensión inmediata de los planes de la base militar en -Gorgona (no vale disfrazarla con otro nombre), y de cualquier -plan para traer miembros de la OTAN o tropas extranjeras a la Amazonía

-Ir del discurso a la ruptura con la política antidrogas del imperialismo, legalización y regulación.

Comentarios cerrados