19S: Movilización sí, pero, ¿para qué?

El presidente Petro ha estado denunciando que la ultraderecha, el sector que él llama mafioso, es decir, el uribismo, lo quiere sacar del gobierno a través de un supuesto golpe blando utilizando el Consejo Nacional Electoral, institución que no tiene atribuciones para juzgarlo. También que varias fuentes lo han alertado sobre un plan para asesinarlo.

Como es conocido, estos dos métodos han sido utilizados en Colombia por la burguesía para librarse de sus opositores, así que no se debe descartar que intenten utilizarlos contra Petro. Aunque no es imposible, no vemos que la política mayoritaria de la burguesía sea esa, y menos que tengan la complacencia del imperialismo. Sin embargo, hay que saber que el asesinato ha sido usado antes, y requiere de la decisión apenas de un sector burgués, por lo que tomamos muy en serio esta alerta; con lo que no estamos de acuerdo es con la política de Petro para enfrentar el riesgo.

El golpe blando es una categoría y concepto que hemos criticado y con la que no concordamos, porque ha servido para defender a gobiernos “progres” que aplican planes antiobreros y antipopulares, sin embargo; no es imposible que un sector de la burguesía intente una especie de golpe institucional, similar a la destitución de Petro cuando fue alcalde de Bogotá, en esta ocasión por la vía del Consejo Nacional Electoral. Esto lo está impulsando el uribismo, posiblemente más que intentar destituirlo el objetivo sea desgastarlo, en la perspectiva de las próximas elecciones. No descartamos que intenten ir más allá, eso depende de si los planes del gobierno siguen chocando con sus intereses.

La burguesía y el imperialismo son conscientes de que una salida de golpe o magnicidio puede desatar nuevamente la movilización de masas y una insurrección en una escalada superior a la del paro de 2021. Lo que pasa es que esa fue canalizada electoralmente. Precisamente es Petro, quien ha prometido desmontar el descontento que originó esa gran movilización. En ese sentido, algunas de las propuestas de reformas del gobierno pretenden dar algunas concesiones a las masas, pero sin afectar de conjunto al capitalismo, aun así, este sector burgués se niega a dar “una moneda”.

Defender la elección de Petro

Petro mezcla las justas reivindicaciones de la población trabajadora y pobre, que exigen un cambio radical, con la defensa de su programa que no choca con las exigencias e intereses del imperialismo y la burguesía, y su política para concertar cualquier mínima reforma.

Ante el intento de sacar a Petro del gobierno, bien sea por la vía institucional (que él llama golpe blando) o asesinándolo, es preciso movilizar y derrotar esa intentona, porque hay que defender que Petro fue elegido por las mayorías, producto de la movilización del paro de 2021, así sea una forma distorsionada de la aspiración popular de conquistar cambios.

Además de defender la elección de las mayorías, debemos señalar que no es solo la actual investigación a Petro por parte del CNE lo que está mal, sino todo el sistema electoral/político en su conjunto, que impide la participación de la clase trabajadora y la criminaliza, como es el caso de sancionar como ilegales los aportes de Fecode a la campaña. Por eso, desde el PST insistimos en la necesidad de una reforma política verdaderamente democrática, donde podamos participar todas las organizaciones, y sin las absurdas normas actuales.

No defender su programa ni su política

Lo anterior no significa que se debe apoyar y defender un programa y unos proyectos de reforma que están en la vía de los dictados de los organismos imperialistas como la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como la regla fiscal, el pago de la fraudulenta y extorsiva deuda externa, la reforma tributaria, el alza de los combustibles para mantener el subsidio a la burguesía accionista minoritaria de Ecopetrol, o el negocio de la salud y la educación.

Tampoco se justifica defender la política de concertación de Petro, quien gobierna de la mano con el santismo para intentar conciliar los intereses de la gran burguesía con los de la población trabajadora, campesina y de los pueblos indígenas, que terminan con medidas como la continuación de los intermediarios en la salud (las EPS), la privatización de las pensiones, la compra de tierra a los expropiadores y responsables del desplazamiento del campesinado y los indígenas.

Derecho a protestar contra la burguesía y para exigirle a Petro que no gobierne para ella

Las direcciones de las organizaciones de trabajadores y sectores populares, mayoritariamente, y de muchos partidos de izquierda, llaman a apoyar al gobierno con todo y programa, y con su política de concertación; supuestamente como única forma de enfrentar el riesgo de golpe o magnicidio, al tiempo que a todo sector que exija sus justas reivindicaciones lo tildan de apoyar a la extrema derecha, como si el programa de Petro y su política no favorecieran a la derecha, y como si las reivindicaciones de la población, no chocaran con los intereses del imperialismo, los terratenientes, ganaderos, narcotraficantes y empresarios.

La política de Petro es seguir negociando con quienes intentan asesinarlo, fiar su vida de los militares, e instrumentalizar la movilización. La verdad es que las marchas de hoy, aunque se convocan “contra el golpe”, en realidad son de apoyo al gobierno y a medidas tan regresivas como el alza de los combustibles, y tienen el objetivo de presionar el llamado acuerdo nacional; por eso no las hemos impulsado.

No tiene sentido seguir buscando un acuerdo nacional con una burguesía golpista y peor aún que planea asesinar a Petro, mucho menos confiar su seguridad y su vida en las fuerzas armadas, supuestamente ahora rehabilitadas. Por el contrario, es momento de buscar el acuerdo con los de abajo, no de llamar a la movilización instrumental; es momento de reivindicar la legítima defensa, reactivando las guardias, y preparando las organizaciones para la lucha.

Los trabajadores y sectores populares tenemos el derecho a protestar, a movilizarnos, a volver a organizar un paro más radical que el de 2021 para conquistar nuestras reivindicaciones que no se lograrán en el corrupto congreso conciliando con los expropiadores. Si la burguesía no deja pasar ninguna reforma progresiva, al revés, las vuelve regresivas, y además quiere dar un golpe o asesinar al presidente, debemos organizar una gran huelga general. No podemos estar amarrados a un gobierno que quiere sembrar la ilusión de que los impalas y las hienas pueden convivir sin conflicto.

19 de septiembre de 2024

Comité Ejecutivo
Partido Socialista de los Trabajadores

Comentarios cerrados