Editorial/ ¡Basta de vacilaciones! Gobierno debe liderar la salida de Peña de la UNAL

La Universidad Nacional de Colombia (UNAL/UN), al igual que el resto de instituciones de educación superior públicas y varias IES privadas, enfrenta desde hace varios años una crisis crónica. Esto se expresa en la desfinanciación, las políticas privatizadoras e implementación de reformas neoliberales, a la cabeza de las cuales han estado la camarilla que ha dirigido el Alma Mater en los últimos años. Empezando por la rectora saliente Dolly Montoya, pasando por Wasserman, Palacios, Mantilla y el ilegal e ilegítimamente designado y auto posesionado, Ismael Peña.

La sesión del CSU (Consejo Superior Universitario) del 21 de marzo en la cual mediante una triquiñuela matemática ensayada previamente en casa de Mantilla (que actualmente es parte del organismo como representante de los exrectores) se da la designación de Peña, es la gota que derrama el vaso y termina desencadenando un paro Indefinido que va para sus dos meses. Los pormenores de este mecanismo se pueden leer en: https://www.magazine.pstcolombia.org/2024/04/crisis-en-la-unal-paro-nacional-universitario-defendamos-la-autonomia-con-democracia-universitaria-fuera-pena/

No es sólo por la rectoría: es por educación pública, democracia, contra la corrupción y el autoritarismo

Al Paro, principalmente sostenido por el estamento estudiantil, pero al cual adhiere gran parte de profesorado y el sindicato SINTRAUNAL que instaló desde el 14 de mayo su propio campamento en la sede Bogotá, se suma la re-toma del edificio Uriel Gutiérrez, antigua residencia estudiantil, y del edificio administrativo de la Sede Manizales como importante medida de presión.

Como lo expresan las diferentes asambleas, la lucha no es por únicamente por la designación del rector, sino por el tipo de Universidad, por la educación pública, contra las prácticas privatizadoras y por la democracia universitaria. El paro expresa el clamor en contra de la corrupción y el autoritarismo de la cual hay serios indicios con la empresa Rotorr, los altos salarios de la burocracia mientras los docentes ocasionales reciben salarios de hambre y por la construcción real de la Sede Tumaco, cuyos estudiantes deben recibir clase en contenedores. Todas estas contradicciones confluyen en la apuesta de Constituyente Universitaria.

Además, en la sede Bogotá, siguiendo el ejemplo de las universidades norteamericanas, se ha instalado un campamento en solidaridad con Palestina. Esto es muy importante porque se suma a un movimiento internacional en las universidades que pone al orden del día la necesidad de redoblar la exigencia de que el gobierno Petro vaya más allá del correcto rompimiento de relaciones con el Estado sionista y genocida de Israel. La suma de la solidaridad internacional, de la cual los campamentos universitarios son una importante expresión, la resistencia en Palestina que lucha contra el genocidio, y la disposición de lucha contra el sionismo plantean las condiciones de una derrota de Israel, como sucedió con Estados Unidos en Vietnam.

Posesión de Bolsillo

Si bien el movimiento multiestamentario (estudiantes, profesores, administrativos y egresados) parecía decaer, este se reavivó con la indignación que produjo el acto irregular de Peña de posesionarse en la Notaría 14 del Distrito Capital, sin que la Ministra Aurora Vergara hubiese suscrito el acta de designación, es decir, sin acto administrativo. Este acto, a todas luces ilegal y cínico, fue seguido de la toma de este personaje y su sector político de las redes oficiales de la Universidad y del nombramiento espurio de algunos vicerrectores y cargos directivos, esto, asumiendo el control de facto del aparato gubernamental y administrativo.

Esta maniobra burocrática e impositiva no hizo más que reavivar el movimiento de la comunidad UNAL. A las enormes asambleas, como las del 3 de mayo en la sede Bogotá, se sumaron pronunciamientos de consejos de facultad, escuelas e institutos desconociendo explícitamente a Peña como rector, o implícitamente, al manifestarse en la “incertidumbre”.

Confiar en las instituciones burguesas, una estrategia errada

Por su parte, la Ministra Vergara, se ha negado a suscribir el acta, alegando vicios de forma y exigiendo aclaraciones y el levantamiento del secreto sobre las deliberaciones, también elevando una consulta a la Procuraduría uribista, que como era de esperarse falla a favor de Peña.

Así las cosas, se han convocado varias reuniones del CSU, casi todas fallidas, a las cuales la ministra no ha asistido, enviando al Viceministro a reemplazarla. En la última sesión, el día 14 mayo, el tema de la rectoría no tuvo la centralidad requerida y se logra imponer provisionalmente el sector de Peña.

Entretanto, Peña sigue usurpando las funciones de la rectoría, con el grave riesgo de detrimento patrimonial, además de ser en sí mismo un atentado a la democracia universitaria. En las últimas horas se conoce que la razón de la ausencia de la ministra es que esta se habría recusado en el Consejo de Ministros por considerarse impedida para investigar al haber sido parte de las irregularidades de la sesión del 21 de marzo, para lo cual fue designado como ministro ad hoc el ministro de Cultura, Javier Correa. Es controvertido que se encuentre impedida, lo que sí es cierto es que es responsable política por lo ocurrido en esa sesión al haber aceptado la metodología fraudulenta sin romper el quorum o suspender la sesión.

Al parecer, la estrategia del gobierno de Petro y del mismo Leopoldo Múnera, ganador de la consulta, es esperar el fallo de instancias judiciales, específicamente del Consejo de Estado, con tres solicitudes de nulidad de la designación fraudulenta de Peña.

Habiendo una nueva composición del CSU debido a la salida de Rosanía y entrada de Moncayo (por el CESU), favorables al respeto a la consulta universitaria, y a la renuncia de la traidora representante estudiantil, Sara Jiménez, se configura una nueva mayoría que en cabeza de la Ministra tiene la potestad de anular el acto administrativo de designación, por los evidentes vicios de procedimiento. Por lo tanto, con la posibilidad de repetir la votación tanto para elegir rector en propiedad respetando la democracia universitaria, como para elegir rector encargado.

Petro más allá de algunos trinos no había hecho mucho más, hasta la reciente orden del Ministerio de Educación de que “ordena sesión extraordinaria del Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional para que elija rector(a) encargado y supere la vacancia de la representación estudiantil, para garantizar la participación de la comunidad de estudiantes” busca encaminar el actual impasse.

A pesar de esta decisión, la política del gobierno de Petro y Francia no sale del  pantano y la situación de incertidumbre que ya amenaza con la cancelación o ajuste del semestre académico, transigiendo y capitulando al sector usurpador de Ismael Peña, Diego Torres y Mantilla.

El falso dilema de intervención vs autonomía

La excusa para no comprometerse e ir a fondo para respaldar al movimiento multiestamentario y sacar a la Universidad Nacional de la crisis es el temor a ser acusados de ir contra la autonomía universitaria. Aun así, son acusados de ello, incluso la Ministra ya está siendo investigada por la Procuraduría. Creemos que se trata de un falso dilema. En primer lugar, la autonomía universitaria debe verse como una unidad dialéctica con la democracia, no se puede defender la una cuando se viola la otra.

Por otro lado, tampoco se puede hablar de autonomía cuando esta es usada por quienes han controlado la universidad imponiendo dictados neoliberales, y la voluntad de una burocracia académica que se ha lucrado de la autofinanciación, de los proyectos y de las asociaciones público-privadas (APP), aprovechando además para ponerse sobresueldos, y blindados del control fiscal por esta misma interpretación de la autonomía. Además, la autonomía universitaria en manos de la burocracia privilegiada se ha burlado históricamente de la voluntad mayoritaria de los estamentos, designando rectores desconociendo las consultas.

La autonomía universitaria debe proteger la libertad de cátedra y la academia frente a los intereses e injerencia indebida de los gobiernos burgueses de turno, de derecha, centro o izquierda, y de imposiciones externas (como los planes neoliberales que se vienen aplicando). Más no es para proteger los intereses de un sector burocrático y privilegiado del profesorado, que actúa como camarilla a espaldas de la comunidad universitaria y de la nación.

¿Cuál es la salida? ¡Fuera Peña! ¡Auditoria anticorrupción y nuevo rector!

No confiamos en las instituciones burguesas como son la Procuraduría, el Consejo de Estado y la Corte Constitucional, que salvaguardan al régimen y el establecimiento.

La comunidad UNAL y el Paro debe exigir que el gobierno se comprometa, tome cartas en el asunto para garantizar que se cumpla la voluntad de la mayoría. Lo que esto significa es que el CSU en cabeza del Ministerio resuelva la situación con una medida de auditoría de la UNAL y designación de un nuevo rector. Esto no se puede considerar un ataque a la autonomía, por el contrario, es una medida necesaria para restablecerla.

Para que esto suceda es necesario que haya un rector. Para esto la ministra Vergara y su figura ad hoc de Javier Correa objeten sin tibieza el acta de fondo y no solo de forma, denunciando en el CSU, no solo en los estrados judiciales del Contencioso Administrativo, de manera abierta y sin ambigüedades, de que se trató de una acción irregular e ilegal. Ante esto el CSU tiene la obligación de designar un rector que puede ser rector en propiedad anulando el acto administrativo y repitiendo la votación por el método de mayoría simple, o nombrar un rector encargado, dada la ilegitimidad y dos procesos de Ismael Peña, que se ponga a la cabeza de una auditoria de la Universidad que destape la olla de corrupción y de las empresas que se han creado.

Salir del impasse de la rectoría y el golpe de la auto posesión de Peña es indispensable para volver a las aulas, y para garantizar el proceso de Constituyente Universitaria.

La política timorata y tibia del gobierno reformista es de concertar y esperar a un fallo judicial que puede tardar meses, lo cual puede traer una traición a la comunidad UNAL y el Paro Indefinido, deteriorando los lazos de la juventud de las IEA con su proyecto de reforma educativa de la Ley 30 de 1992. En los hechos, el gobierno y su ministerio no se atreve a ir más allá por temor a abrir otra disputa con la oposición burguesa de derecha.

Ante este empantanamiento y avance del sector de Peña, es urgente que el conjunto de los estamentos universitarios se movilice, con una gran toma de la capital y acampadas en las nueve sedes de la UNAL junto con asambleas en cada carrera y facultad. Además de los campamentos y del paro general en todas las sedes, se debe convocar la movilización en las calles y el apoyo del movimiento obrero y social. Es indispensable que las centrales obreras, en especial, los sindicatos de maestros, en particular FECODE (que según su reforma estatutaria también representa los trabajadores de la educación superior) se sumen a esta importante lucha, cuyas implicaciones van más allá de los límites del campus universitario; en el conflicto de la UNAL se juega la lucha por una educación pública gratuita, de calidad y universal para los trabajadores colombianos y sus hijos.

Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los Trabajadores

16 de mayo de 2024

 

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