La nueva explotación laboral

Empresas como Rappi, Uber, Cabify, Indriver, entre otras, utilizan una frase que les ha funcionado por más de una década, “Gana dinero extra en tu tiempo libre”, que en pocas palabras es el lema de la nueva explotación laboral, aprovechándose de las necesidades de la clase trabajadora.

Los trabajadores de estas plataformas están siendo explotados de forma insolente. En los últimos años hemos visto como los rappitenderos salen a protestar contra el abuso incesante de la empresa.

 

Primera manifestación

El miércoles 2 de marzo de 2022 se presentó una protesta en Bogotá y en las principales ciudades del país por parte de rappitenderos, en que miles de domiciliarios y domiciliarias salieron a las calles a mostrar su inconformidad. Los trabajadores y trabajadoras comentan que la protesta se hizo porque Rappi ya no les está pagando lo justo por cada domicilio que hacen, que los recorridos son muy largos y el valor del pago es muy poco, haciendo que los domiciliarios trabajen hasta más de 12 horas al día para poder hacerse su sustento y cubrir los gastos de la moto. Sin recibir una respuesta concreta, los domiciliarios se organizaron y decidieron fundar Unidapp, una página web que acoge todos los trabajadores de las plataformas.

Los rappitenderos, también manifiestan que Rappi está bloqueando las cuentas sin justa causa a los domiciliarios más antiguos, para darle cabida a nuevos rappitenderos que no están organizados. La base principal de la protesta no solo se basa en los bloqueos y en los pagos justos. Entre las protestas que han realizado exigen seguridad social, vacaciones, prestaciones, etcétera. ¡Los rappitenderos tienen un jefe y el jefe es la empresa Rappi!

Muchos usuarios también se han quejado con Rappi argumentado que las tarifas de los domicilios son cada vez más altas y los que son usuarios Premium ya no tienen los mismos beneficios que antes.

Si a un domiciliario le llega un pedido cuya estimación tiene un valor de $900 para un mercado o comprar cierta comida a una distancia que puede estar a 4 Kilómetros, y al momento de llegar al sitio debe hacer una fila larga o entrar al establecimiento y caminar para encontrar el producto y después hacer la fila para pagar en la caja, le tomara un tiempo aproximado de 10, o 15 minutos si hay mucha demanda de clientes. Posteriormente salir y hacer la entrega en el domicilio que puede oscilar a una distancia posterior de 2 Kilómetros dependiendo de la zona y esperar a que el usuario baje para hacerle entrega del producto. Si sumamos todo el tiempo da entre 15 a 40 minutos aproximados. Sin ninguna duda no sale rentable, y si hacemos otro ejemplo pero que el domicilio valga $1.000 o $2.000, tampoco le sale rentable al domiciliario. Al momento de llegarle estos pedidos que son cada vez más comunes, el rappitendero ve que no es rentable. En respuesta, Rappi ha dicho a través de un comunicado que los domiciliarios pueden ver el valor del domicilio y de forma voluntaria pueden aceptar o no el pedido. Pero eso es falso, dado que si decide rechazar o ignorar el servicio, inmediatamente la aplicación lo sanciona un día, dos días, o hasta diez días sin poder trabajar.

El sindicato Unidapp también ha dicho que la plataforma se está quedando con las propinas que le dan los usuarios a los rappitenderos. La empresa Rappi ha mencionado en repetidas ocasiones que, sí respeta 100% las propinas, pero los domiciliarios dicen que no, que al momento de terminar el pedido en la aplicación les aparecen las ganancias, pero no las propinas y que al hacerle una vez más el reclamo a Rappi a través de la plataforma no reciben una respuesta grata.

El 10 de noviembre del 2022, los rappitenderos salieron nuevamente a protestar. Esta vez convocando a los usuarios de Rappi hacer un “apagón nacional”, para que nadie solicitara algún tipo de servicio por la aplicación. Nuevamente los domiciliarios y domiciliarias exigieron sus derechos laborales, mejores tarifas por el servicio y medidas contra el acoso sexual que sufren las rappitenderas en el día a día. La manifestación se efectuó de manera pacífica y finalizo en el Ministerio del Trabajo.

Los rappitenderos son llamados por la empresa como “socios”. En respuesta, ellos les hace saber que no son “socios” porque no tienen nada allí, y que si fueran socios tendrían que recibir un mejor trato y parte de las jugosas ganancias. Lo que es verdad es que Rappi intenta cambiarles a los domiciliaros, un día es “socio”, otro día “colaborador”, para poder evadir la ley y ahorrarse sus obligaciones con quien realmente es su empleado/a.

Según la emisora de RCN Radio, los domiciliarios ganan hasta un 23% por cada servicio que hacen, que sería entre $1.000 a $3.000. Rappi ha tenido grandes inversionistas como Maluma y patrocinan la selección Colombia y vehículos en la Fórmula 1. “Rappi hace dinero esclavizando a sus trabajadores”, comento un rappitendero.

 

Rappi y su tropelía

Rappi está en varios países de la región, recibe ingresos de miles de millones de pesos, y no tiene como darle parqueo y baños en zonas exclusivamente para las y los domiciliarios para que puedan trabajar confortablemente en el día. El trato humillante de la empresa hacia los domiciliarios es sorprendente.

En un derecho de petición por parte del sindicato notifican que un rappitendero para recibir como ingreso 33 mil pesos diarios debe hacer como mínimo 15 pedidos al día en un tramo de 10 horas. Nos damos cuenta que la publicidad por parte de Rappi es engañosa y falsa.

En múltiples oportunidades los rappitenderos han sido clonados de la aplicación porque les cobran domicilios que nunca han hecho. Un vocero de Rappi denunció públicamente que por un pedido de $45.000 él recibe entre $2.500 o $3.000 mientras el cliente paga entre $7.000 a $8.000.

Supongamos que una persona se queda sin empleo y tiene moto y quiere trabajar en Rappi mientras consigue un empleo formal, primero debe asistir a la capacitación que es sobre el uso de la aplicación. Más adelante debe comprar la maleta grande que tiene un costo de $130.000, aproximadamente, para que le lleguen más pedidos, porque si compra la maleta pequeña, que es más económica, no le van a llegar muchas solicitudes, por consiguiente prosigue ponerle unos buenos datos al celular para trabajar más cómodo, debe comprar también un estuche y un aparato para poner el celular en la moto, debe comprar las botas, impermeable, guantes, gorra, mangas, y todo tipo de implementos que lo pueda proteger del sol y de la lluvia. Pero la empresa Rappi no ve esto, se hace la de la vista ciega, se desentiende de las necesidades básicas del domiciliario.

 

Plataformas tipo Uber

Casos similares a Rappi suceden con Uber, Beat, Cabify, Didi, Indriver. Los conductores de estas aplicaciones están siendo sobreexplotados por parte de los propietarios. Las necesidades económicas que abarcan hoy a la mayoría de la población obligan al trabajador a aceptar trabajos esclavizados a cambio de unas monedas para comprar un pedazo de pan para la mesa.

Los conductores no solo están expuestos a un accidente, robo o algún mal trato por parte del pasajero, se exponen a la arbitrariedad de algunos taxistas, a la persecución ilegal por parte de la policía y de los agentes de tránsito.

 

Uber vs. Taxis

Si observamos el trasfondo de la situación entre el gremio de los taxis y las plataformas digitales tipo Uber, nos podemos dar cuenta que la competencia es desigual. Si una persona quiere comprar un taxi, lo primero que debe hacer es comprar el carro que le puede costar más de 82 millones de pesos (dependiendo el modelo y kilometraje del taxi o si es uno nuevo), después debe comprar el cupo que tiene un costo de más 60 millones de pesos para poder afiliarlo a una empresa para poder tener el derecho de trabajar. Si el propietario pone a liquidar el taxi debe afiliar al conductor y pagarle su seguridad social y sus derechos como trabajador. Contrario a Uber. Si una persona compra un vehículo particular para ponerlo a trabajar en Uber, solo contrata a la persona, lo registra en la plataforma y queda listo para trabajar, ahorrándose seguridad social, y prestaciones.

Un taxista puede liquidar hasta 90 mil pesos diarios de lunes a sábado si el móvil es nuevo, si el taxi es antiguo unos 75 mil pesos y los domingos liquidan la mitad. En Uber si el particular es nuevo líquida unos 70 mil pesos diarios y si es viejo unos 55 mil pesos y los domingos dependiendo si el propietario es consiente o no, puede ser días para el conductor o los pone a liquidar la mitad del contrato acordado.

Por su parte, cada vez que un conductor de plataforma corre riesgos extras, se levanta para iniciar sus labores en Uber, lo primero que debe hacer es la liquidación, después la gasolina y después lo del él. Siempre con el riesgo de que un guarda de transito lo vea para inmovilizarle el vehículo, cancelarle la licencia de conducción por periodo determinado y que le lleven el carro a los patios.

Tantos los taxistas como los Uber se ven obligados a trabajar largas jornadas laborales hasta de 12, 15, o 17 horas al día para hacerse el diario y poder subsistir.  Por eso en lugar de dividirse deberían unirse para luchar por sus derechos y garantías.

Si un conductor que presta servicio en las plataformas se levanta cierto día y amanece enfermo o indispuesto, por lo general el propietario del particular es intransigente e igual le reclama el dinero del día, así este se vaya a urgencias o no, debe responderle por la plata al dueño del particular.

La explotación laboral sin duda alguna siempre ha existido. No solo los rappitenderos, taxistas, y conductores tipo Uber son explotados por parte del patrono, muchos trabajadores y trabajadoras les violan sus derechos laborales. Estos casos son muy comunes en los pueblos o en el Centro de Medellín, donde la mayoría labura 12 horas diarias, y le pagan el diario, no reciben liquidación, salud, pensión, simplemente son víctimas de explotación laboral. Muchos callan por miedo o por necesidad, son conscientes que las leyes colombianas funcionan para el pobre, pero el rico y el poderoso se las pasan por encima y hacen lo que quieran, por temor a represalias much@s siguen guardando silencio.

Un grupo de trabajadores de las aplicaciones han decidido fundar la página web Unidapp, ahora como mecanismo de organización, a fundar un sindicato que se llama Sinatrap-Agremiar. Ahora están en la tarea de organizar seccionales en cada región a nivel nacional.

 

21 de febrero 2023

Pablo Arias

Corresponsal Medellín

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