Colombia, Coronavirus, Declaraciones Vacuna YA para todos y todas, no más engaños del Gobierno Corrupto y Criminal Publicado por: Administrador el 22 enero, 2021 Más en Colombia: ¿Cuál es la modificación al SGP que necesitamos? 3 diciembre, 2024 El nuevo Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social: Una contrarreforma laboral en “secreto” 1 diciembre, 2024 #25N Sobran motivos para tomarse las calles contra la violencia machista 25 noviembre, 2024 Al momento de escribir esta nota, en Colombia hemos sobrepasado los 50 mil muertos por COVID 19, sin contar con las personas que han fallecido por otras enfermedades a causa del colapso del sistema de salud, el miedo a ir al médico, y la física hambre. Las cuarentenas -absolutamente necesarias en ausencia de una vacuna o tratamiento efectivos- se aplicaron de manera tardía, parcial y desigual a lo largo de todo el territorio; pero chocaron con el límite del hambre ante la negativa del gobierno a aprobar una renta básica que permita hacer realidad el cacareado quedarse en casa. Los efectos de estas medidas de control contra el contagio apenas compensan los efectos devastadores sobre la calidad de vida de las mayorías empobrecidas, no en vano los trapos rojos reaparecieron ante los tímidos confinamientos zonales de las últimas semanas. El gobierno de Duque, los gobiernos locales y los patronos seguidos de un séquito de repetidores culpan a la llamada indisciplina social del resultado de su desastrosa gestión. La necesidad de la vacuna para los trabajadores y los pobres es imperiosa. Luego de la reapertura de la mayoría del aparato productivo, miles de trabajadores deben asistir presencialmente a sus lugares de trabajo, usando el transporte masivo -que está igual de hacinado que siempre- exponiendo sus vidas, con protocolos de bioseguridad ineficaces como la limpieza del calzado o un distanciamiento que solo cumplen el día de la inspección. Quienes no cuentan con la suerte de tener un empleo estable, se ven obligados a salir al rebusque, incluso migrando entre localidades o barrios para escapar de las cuarentenas. Autor: Comité Ejecutivo PST El gobierno es hipócrita y mentiroso. Condenan las aglomeraciones y la supuesta indisciplina mientras que permitieron la apertura total de las ciudades turísticas, hicieron campañas masivas promoviendo el consumo y el turismo, y dejaron correr la ideología de la “nueva normalidad” que significa que usando tapabocas ya podemos volver a vivir como antes. Grandes cantidades de personas sucumbieron a la publicidad y se aglomeraron en comercios, playas y piscinas; ahora son condenados como si en realidad hubiera sido su idea. NO aceptamos esta explicación. Incluso la indisciplina de algunos es causada por los mensajes contradictorios del gobierno. Las condiciones para aplicar una cuarentena total en todo el territorio nacional en medio del pico más crítico de la pandemia, han sido sepultadas por el gobierno y la burguesía. Desde hace diez meses, cuando la pandemia llegó al país estuvieron planteadas todas las medidas más efectivas para contenerla, entre ellas las cuarentenas, el testeo masivo y el aumento de hospitales y camas UCI. Pero, las cuarentenas sin garantías para los pobres condenaron al hambre y el crecimiento de la miseria a grandes cantidades de familias, mientras el grueso de los recursos terminó en manos de los capitalistas para compensar sus pérdidas. No solo la necesidad de una renta básica fue negada, sino que el salario prácticamente no aumentó. Actualmente entre 300 y 400 personas pierden la vida diariamente, la mayoría trabajadores, informales y precarizados, muchos de ellos trabajadores de la salud. A pesar de las mentiras de alcaldes como Claudia López que se esfuerzan en negarlo, desde las voces de los trabajadores de la salud se denuncia que en las grandes ciudades ya no hay ni una UCI, que escasean los medicamentos sedantes y que las urgencias están en el 200% de ocupación. Si no hay cuarentena ni vacuna, nuestras familias seguirán pagando el precio de salvar la economía, los trabajadores y los pobres seguirán siendo sacrificados ante el dios dinero. Duque: negligencia, corrupción y mentiras La disputa mundial por las vacunas muestra la decadencia criminal y degradación del sistema imperialista mundial. El reparto de la vacuna en el mundo es totalmente desigual, las primeras 12 millones de dosis fueron compradas por los 30 países más ricos, mientras que los países más pobres no tienen comprada ni una dosis. Durante meses las grandes multinacionales farmacéuticas se batieron en una carrera sin precedentes para lograr las primeras vacunas efectivas contra la COVID 19. Los tiempos normales de investigación, desarrollo, testeo y aprobación de las vacunas que normalmente duran años, fueron reducidos a meses, con el objetivo de posicionarse lo más rápido y mejor ante un mercado mundial ávido de medidas efectivas para contener la pandemia. Así, las grandes multinacionales de Pfizer, AstraZeneca y Moderna, con el control de las patentes y la infraestructura para fabricar masivamente las vacunas, han negociado con los distintos gobiernos contratos leoninos en que imponen sus condiciones de precio, exonerándose de cualquier responsabilidad ante efectos secundarios. En esta batalla mundial por la vacuna, si bien todos los gobiernos burgueses del mundo han tenido la misma política criminal de salvar los bancos y las grandes empresas antes que a la gente, sea con discursos directamente negacionistas o hipócritas; el Gobierno de Duque es particularmente negligente, corrupto y criminal. “Diseñando dos escenarios, hay posibilidades muy diferentes en el enfrentamiento a la pandemia. En la primera situación, 50 países ricos compran las primeras dos mil millones de dosis, y, en la segunda, la vacuna es distribuida de acuerdo con el número de habitantes y no por su poder adquisitivo. En el primer ejemplo, las muertes se reducirían 33% en todo el mundo. En el segundo, ese porcentaje ascendería a 61%[1].” Duque, desde el inicio de la pandemia destinó millones al salvamento de los bancos, al fortalecimiento de las fuerzas represivas y a su propia imagen, llegando a tener ahora su propio programa de televisión en el que diariamente sale a engañar a la población. Pasará a la historia como uno de los más odiados mandatarios, y es el responsable político principal de la oleada de muertes que vivimos. Los meses de confinamiento no se usaron para fortalecer el sistema de salud, ni siquiera se pagaron los salarios atrasados a los trabajadores del sector, ni mucho menos se formalizaron sus contratos, reivindicaciones mínimas para quienes arriesgan su vida a diario. Desde que empezaron a aprobarse las vacunas, la mayoría de países capitalistas empezaron a pujar por los mejores precios y a negociar cargamentos. No porque les interese la vida de los trabajadores, sino porque ante parálisis de sus negocios, necesitan que su mano de obra no se muera o se enferme y que se acaben las restricciones a la circulación que limita el consumo. Durante esos meses a Duque todo se le fue en promesas y mentiras. Dijo varias veces que lo tenía todo listo, primero dijo que las vacunas llegarían en enero, luego que en febrero o marzo; las negociaciones las hizo con un secretismo total excusándose en las cláusulas de confidencialidad de las farmacéuticas. La realidad que ha quedado demostrada es que quedó totalmente rezagado en esta rapiña por las vacunas y es la hora en que todo indica que no ha comprado nada. A causa de su negligencia asesina se ha denunciado que va a comprar dosis a 21 dólares, es decir, a un precio entre cuatro y cinco veces a lo que otros países han comprado. Al parecer, muchas de las dosis no serán compradas sino obtenidas a través del mecanismo Covax para los países más pobres. Pero además del escandaloso precio y el retraso, ya han surgido las denuncias de corrupción y de intereses privados en el proceso de compra y administración de las vacunas. El secretismo no puede esconder nada bueno. Adicionalmente, el ministro de salud chantajea al país diciendo que romper la “confidencialidad” pone en riesgo la adquisición de las vacunas. Los contribuyentes tenemos derecho a saber cómo se usa el dinero de los impuestos. Del plan de vacunación presentado – sin fecha en el calendario- se destacan varias cosas preocupantes. Se estima una vacunación en varias fases que incluso empezando pronto y ejecutándose bien tardará al menos un año en conseguir un porcentaje de vacunados suficiente para “vivir tranquilos”; serán excluidos los migrantes en situación irregular, siguiendo el ejemplo de Israel excluye que a los palestinos por mero racismo sin importar que el virus se propaga por igual en todos los humanos; y en la primera fase ni siquiera se vacunarían todos los profesionales de la salud sino una primera línea definida con criterios no claros y no discutidos con los profesionales. Ante la emergencia, el gobierno se apega a los criterios neoliberales que han profundizado los efectos catastróficos de la pandemia. Duque, se ha mostrado a favor de permitir la venta de la vacuna para quienes la puedan pagar, fomentando la desigualdad, algo absolutamente injusto y criminal que permite que viva el que tiene dinero mientras los pobres mueren. También ha pretendido descargar la responsabilidad en los gobiernos locales diciendo que va a permitir que las entidades territoriales compren la vacuna y recriminando a Claudia López por no haberla negociado para la capital. Hasta ahora, todo parece ser mera especulación, y mientras otros países de la región ya están vacunando, acá no tenemos más que incoherencia, falta de planificación, promesas y mentiras. Entre las dudas legítimas y el negacionismo de la ciencia: Ninguna confianza en el Gobierno ni las farmacéuticas Entendemos la desconfianza natural que suscita cualquier cosa proveniente de la gran industria farmacéutica y el gobierno, pero alertamos que esto no nos puede llevar por el camino del negacionismo de la ciencia, la superstición y las teorías de la conspiración. La ciencia, aun cuando – al igual que todos los avances del desarrollo humano- sea instrumentalizada por los grandes capitalistas, es una conquista de la humanidad, que le ha permitido conseguir la cura y la prevención de enfermedades espantosas como la viruela, el sarampión, etc. Es preocupante que en sondeos hasta la mitad de los encuestados afirmen que no se vacunarían de ser voluntario hacerlo; lamentablemente eso significaría una disminución importante de la efectividad social en el control y erradicación del Coronavirus. Es evidente que la vacuna es un negocio multimillonario[2], como los son todos los medicamentos y dispositivos médicos en la sociedad capitalista incluido el propio derecho a la salud. La situación actual muestra la necesidad urgente de la estatización inmediata de las multinacionales farmacéuticas y que todo el proceso de producción y distribución de las vacunas debe estar bajo control de los trabajadores del mundo. Igualmente, debe suceder con todo el sistema de salud en manos privadas. Un gobierno de los trabajadores con economía planificada no sería como el actual, presa de la improvisación y la corrupción. La propiedad intelectual, que favorece sólo la propiedad privada y el enriquecimiento a costa de los avances en la ciencia y la técnica, debe ser abolida. Pero saber que la vacuna está de hecho en manos de unos mercaderes avaros y corruptos, no nos debe llevar a rechazar la vacuna por sí misma, así como no rechazamos en general los avances de la ciencia. Nos apartamos del negacionismo irracional y condenamos la difusión de supercherías que confunden a las masas con afirmaciones sin ningún sustento, como que las vacunas producen autismo, que nos implantarán un chip o que nos inocularán la enfermedad (como si la enfermedad no estuviera ya libre por el mundo). Es importante recordar que el movimiento antivacunas, el negacionismo de la pandemia y similares, no son antisistema aunque lo parezcan, en realidad son estimulados y sus publicaciones financiadas por la ultraderecha mundial en cabeza de Trump y Bolsonaro. Pero existen dudas legítimas sobre las que nos parece importante detenernos: ¿Por qué la vacuna se pudo hacer tan rápido? ¿saltaron pasos necesarios para que sea segura? La realidad es que la vacuna se pudo desarrollar en tiempo récord por tres motivos principales. El primero es que se destinó una cantidad de recursos financieros y humanos sin precedentes, que permitieron que el proceso fuera especialmente rápido; el segundo motivo es que habían pasos adelantados o descubrimientos previos que ya no fue necesario repetir, que se habían conocido con el desarrollo de las anteriores vacunas y el estudio de los tipos previamente conocidos de coronavirus; y el tercero es que al haber una circulación del virus tan grande (que es lo que caracteriza una pandemia) es posible medir los resultados muchísimo más rápido que en condiciones normales, es decir, cuando hay pocos contagios de un virus o es una población pequeña tardamos más en tener los casos suficientes en el grupo de control (los no vacunados) para estar seguros de que la vacuna sirve. ¿Por qué no se ha logrado entonces la vacuna contra el VIH si eso se podía? El VIH es un retrovirus, es un tipo de virus muy especial y diferente al Coronavirus, adicionalmente ataca al sistema inmune que es el que se necesita para que una vacuna funcione, sin embargo, gracias a los avances de la ciencia, es posible que en los próximos meses o años esté disponible la vacuna. ¿La vacuna es peligrosa? ¿es falso que existen eventos adversos? La mayoría de efectos secundarios reportados son leves y autolimitados, no mayores a los de todas las vacunas que actualmente se aplican (malestar, fiebre baja, dolor en el brazo); los efectos graves han sido muy puntuales, relacionados a alergias y no mayores a los riesgos de alergia que existen con la aplicación de cualquier medicamento. No existe medicamento sin efectos secundarios, o que no sea parte del “negocio” de una casa farmacéutica, también son negocios y también tienen efectos secundarios (casi siempre leves, infrecuentes y autolimitados) la ivermectina, la ampicilina, el acetaminofén y cualquier sustancia. Incluso muchas de las medicinas naturalistas, o remedios caseros o tradicionales, ya sea por su mala medicación, o por las reacciones de cada organismo, pueden producir efectos no deseados. Si sufrimos de COVID grave, no nos veremos expuestos sólo a una, sino a muchísimas sustancias que nos podrían causar alergias o reacciones adversas. Desde luego no llamamos a confiar ciegamente ni en el gobierno ni en las farmacéuticas, debemos exigir el fin de las negociaciones secretas y las cláusulas de confidencialidad, también debemos exigir que los fabricantes respondan ante posibles eventos adversos graves o errores que se les puedan atribuir. La fórmula de las vacunas debe ser patrimonio de toda la humanidad, y todos los científicos deben poder hacer control a largo plazo de sus implicaciones. Aunque la vacuna solo tuviera un 70% de efectividad, creemos que es tal la calamitosa situación de la clase trabajadora y los pobres a nivel mundial, que incluso eso es mejor que nada. Casi todas las vacunas aprobadas tienen entre 94 y 95% de efectividad.[3] Exigir la vacuna ya para todos y todas Llamamos a todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas; a las asociaciones médicas, y a la población en general a adelantar una campaña unitaria por la vacuna YA para todos y todas, que incluya: Vacunación YA, cese del secretismo corrupto y las mentiras. Que se realice el proceso de frente a todos y que no se paguen sobrecostos. Que la compra se haga cuanto antes para evitar más muertes. Un plan de vacunación universal, no se debe excluir más que a los grupos para quienes esté médicamente contraindicada, se debe incluir a todos los habitantes del territorio incluidos los migrantes en situación irregular quienes son particularmente vulnerables al virus por sus condiciones de hacinamiento, insalubridad y pobreza. En la primera fase se deben incluir todos los trabajadores de la salud sin diferenciación de supuestas líneas, e incluir al personal de aseo, vigilancia y mantenimiento que trabaja en hospitales y puestos de salud. Vacunación gratuita, no se debe permitir la venta de la vacuna a particulares; el derecho a la vida no puede ser un privilegio de clase. Plan de vacunación único y centralizado, el gobierno no debe lavarse las manos en los alcaldes locales o gobernadores; debe ser un proceso coordinado con las entidades territoriales pero centralizado y coherente. Contratación del personal para la campaña de vacunación con todos los derechos laborales, salario digno y bioseguridad. Control popular y obrero sobre el proceso, que se rindan cuentas públicas y que las organizaciones de los trabajadores y los territorios puedan hacer veeduría constante del proceso. Campaña masiva educativa en contra del negacionismo científico y la difusión de mentiras. Se deben realizar test masivos y gratuitos para la población para identificar casos de contagio y poder aplicar las medidas necesarias para contener una mayor propagación. Mientras que se lleva a cabo este proceso será necesario igualmente acudir a cuarentenas para bajar la presión sobre el sistema de salud, y la renta básica para sobrevivirlas. Tampoco será posible volver a clases presenciales hasta que al menos los docentes todos los trabajadores del sector educativo sean vacunados, la infraestructura educativa debe ser convertida temporalmente en centros masivos de vacunación. Este plan solo podremos conseguirlo retomando el camino de la lucha social iniciada en 2019 y continuada en 2020. #VacunaYA [1] https://litci.org/es/paises-mas-pobres-y-subdesarrollados-no-tienen-prevision-de-plan-de-vacunacion-en-masa/ [2] https://litci.org/es/el-mundo-en-las-manos-de-media-docena-de-grandes-farmaceuticas/ [3] https://litci.org/es/vacuna-entre-la-duda-y-la-negacion/ Post Views: 1.747