Presupuesto 2021: más recursos para la deuda y la represión

Con un 41% de incremento en el servicio de la deuda, el Gobierno de Duque presentó el proyecto de presupuesto para 2021, que ascenderá a 313,9 billones de pesos (aproximadamente 84.737 millones de dólares) y que no atenderá la crisis social profundizada por la pandemia de Covid-19.

Autor: Diego Lares

En el Congreso de la República ha sido radicado el Presupuesto General de la Nación de 2021 que tiene un incremento del 15,5% respecto a 2020 y que serpa financiado con ingreso tributarios y con privatizaciones.

De los 313,9 billones de pesos, el 25% será destinado al pago de los servicios de la deuda, es decir, 75,9 billones de pesos aproximadamente. Y del presupuesto restante, 53,1 billones de pesos serán para inversión y 185 billones de pesos para funcionamiento del Estado.

Lo que muestran estas cifras es que, a pesar de que la pandemia mostró la precariedad de la inversión en salud y educación, que el desempleo que supera el 20% y que la crisis social que existía antes de la pandemia se ha profundizado, el proyecto de presupuesto está destinado es a la guerra y al pago de los servicios de la deuda.

Recursos para la deuda y para los ricos

Como mencionamos antes, serán 53,1 billones de pesos para inversión y una cifra muy superior en funcionamiento, 185 billones. Si comparamos con el presupuesto actual, el incremento es de más de 10 billones en inversión, un incremento del 23%, que incluyen 4,3 billones de pesos para el llamado Plan para la Reactivación de la Economía que estará destinado a generar beneficios para los grandes empresarios.

En cuanto al pago de los servicios de la deuda, el ministro Carrasquilla incrementó el presupuesto en un 41,6% respecto a 2020, debido al mayor endeudamiento que tuvo el país en 2020. De los 75,9 billones de servicios de la deuda, 41 billones serpa para pago de sentencias y obligaciones y 34,6 billones será para intereses y comisiones.

Es decir, es un 25% del Presupuesto General de la Nación que se va para la el pago de intereses de una deuda que ya hemos pagado varias veces a los organismos financieros internacionales y que el Gobierno de Duque ha aumentado de manera significativa este año.

Educación y salud: las cenicientas de la inversión

Si hacemos un análisis del Presupuesto de Inversión 2021 por sectores, encontramos que el mayor rubro será para Inclusión Social y Reconciliación con 13,3 billones de pesos, es decir, para los programas de asistencia social que sirven de caja menor de la politiquería, mientras a los supuestos beneficiarios les llegan migajas.

Después viene la inversión en Transporte con $9,6 billones, destinados a programas de concesiones viales y aeropuertos, le sigue Hacienda con 5,3 billones y el sector minero-energético con 4,5 billones. Mientras que el sector de Educación tiene apenas $3,9 billones y la salud, un sector colapsado con la pandemia, es de apenas $745.000 millones.

Presupuesto 2021: deuda y defensa

Con 75,9 billones para el servicio de la deuda y 39,2 billones de pesos para el Ministerio de Defensa podemos decir que una tercera parte del Presupuesto General de la Nacional se destinará al pago de una deuda injusta y a la represión.

Lejos de atender el colapso social y sanitario que ha vivido el país en la pandemia, lo que vemos es que el Gobierno de Duque continuará sus planes de aumentar impuestos a la clase trabajadora y de privatizar el patrimonio público para entregar estos recursos a los grandes empresarios y a las instituciones financieras internacionales.

Por otra parte, mantiene el presupuesto de defensa con grandes inversiones para la represión de las protestas sociales y para la corrupción que se presenta en las Fuerzas Armadas, mientras la población debe soportar masacres y asesinatos de luchadores sociales.

¿Quién paga la crisis?

El Presupuesto General de la Nación es el plan de inversiones de los distintos sectores empresariales, que se disputan la porción de recursos públicos de la que se apropiarán, es decir, de la cantidad de recursos que paga con sus impuestos la clase trabajadora.

Por ello, su discusión no se debe dejar en manos del Congreso de la República, en el que el Gobierno de Duque tiene votos suficientes para aprobarlo sin dificultades, como ya lo hizo con el Plan Nacional de Desarrollo.

La clase trabajadora debe luchar ahora más que nunca por el no pago de la deuda externa, por garantizar la renta básica universal y por un mayor presupuesto en salud y educación, pero no será con la actividad parlamentaria de la llamada bancada alternativa que logremos esto, sino con la movilización de las masas, con la lucha en las calles.

La crisis social y humanitaria se agravará después de la pandemia, los capitalistas y sus partidos presentarán reformas laborales, pensionales y tributarias para que la crisis la siga pagando la clase trabajadora, de la movilización depende que esto no sea así, de la lucha en las calles depende si la crisis la pagamos nosotros o la pagan ellos, que son sus responsables.

 

 

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