Colombia, hacia la despenalización total del aborto #CausaJustaPorElAborto

 

Entrevista Especial de El Socialista con:

Ana Cristina González Vélez, médica, master en Investigación Social en Salud y doctora en Bioética, Ética Aplicada y Salud Colectiva de la Fundación Fiocruz en Brasil; reconocida investigadora, activista, docente y experta internacional en el campo del derecho a la salud, la salud y los derechos sexuales y reproductivos y la igualdad de género; exdirectora nacional de Salud Pública en Colombia, fundadora del Grupo Médico por el Derecho a Decidir en Colombia, cofundadora de la Mesa por la vida y la salud de las mujeres y autora de un sinnúmero de escritos e investigaciones sobre el tema.

Y, María Paula Houghton Martínez, médica gineco-obstetra de la Universidad Nacional de Colombia, ha trabajado en alto riesgo materno perinatal, diagnóstico prenatal y cuidados intermedios obstétricos. Es activista por los derechos de las personas sexualmente diversas, ha trabajado en distintas campañas por la salud sexual y reproductiva incluyendo temas específicos sobre la salud sexual de personas LGBTI y una guía de prevención para mujeres lesbianas y bisexuales. También es militante y miembro de la Comisión de la Mujer del Partido Socialista de los Trabajadores.

para verla en video https://www.youtube.com/watch?v=0s0RWs1eNRk&feature=youtu.be

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[Rosa Cecilia/El Socialista] Hacemos esta entrevista, precisamente, cuando se cumplen, 100 años desde que por primera vez en el mundo, se emitió un decreto sobre la consagración del derecho pleno al aborto y la obligación del Estado de garantizarlo de manera gratuita y en condiciones sanitarias óptimas. Esto sucedió el 18 de noviembre de 1920, en la antigua Rusia, cuando el Comisariado del Pueblo para la Salud y la Justicia, publicó un decreto sobre la terminación artificial del embarazo a petición de las mujeres trabajadoras, bajo el gobierno de los Soviets y apenas a tres años de iniciada la revolución más profunda que ha conocido la historia. La revolución rusa de 1917.

Hoy, a 100 años de haber sucedido este hecho histórico para las mujeres, vamos a ver cuál es el panorama en el mundo. Según un informe de la BBC, hoy 58 países permiten el aborto a petición de la mujer; mientras que 134 (o sea, la mayoría) lo autorizan bajo condiciones más o menos estrictas, es la situación de nuestro país. Solo 5 lo prohíben bajo cualquier circunstancia, es decir que está absolutamente penalizado. De los 5 que lo prohíben bajo cualquier circunstancia están, evidentemente el Vaticano –que es el centro de la religión católica mundial–, increíblemente Nicaragua que hace unas décadas paso por un proceso de revolución democrática. También se prohíbe en El Salvador y se prohíbe en República Dominicana y en la isla de Malta.

El 16 de septiembre, se ha presentado aquí en nuestro país por parte de un movimiento amplio que se llama Causa Justa, una demanda ante la Corte Constitucional pidiendo que se elimine de la legislación el aborto como delito.

¿Qué es el movimiento de Causa Justa?

[Ana Cristina]

Causa Justa es un movimiento que arrancó hace más o menos tres años y que se consolidó ahora en el contexto de la presentación de esta demanda. Es un movimiento que está integrado por más de 91 organizaciones de todo el país y más de 135 activistas, académicas y académicos y también defensoras y defensores de los derechos humanos. Surgió con la intención de conseguir que en Colombia se elimine el delito de aborto del Código Penal.

[Rosa Cecilia] Bueno, María Paula, ¿por qué se está pidiendo la despenalización del aborto si supuestamente en nuestro país hay unas razones por las cuales la mujer puede acudir a hacerse un aborto, a interrumpir voluntariamente el embarazo?

[María Paula] La razón por la que estamos demandando este artículo del Código Penal que penaliza el aborto en Colombia es porque el modelo de causales que lleva 14 años no ha sido suficiente para garantizar a las mujeres un acceso digno, completo y equitativo a este derecho. La Corte se ha pronunciado en varias ocasiones, incluso diciendo que el aborto es un derecho fundamental. Pero al mismo tiempo lo tenemos en el Código Penal como un delito. Es decir, que tanto las mujeres que deben recurrir al aborto como los prestadores de servicios de salud tienen que estar todo el tiempo intentando dilucidar si están o no incurriendo en un delito. Esta misma situación, como de una dicotomía, mantiene barreras constantes que hacen que en este momento  por lo menos el 90% de los abortos en Colombia se sigan haciendo de manera ilegal y clandestina, y muchos de ellos de manera insegura.

¿Qué es lo que está sucediendo? Están siendo víctimas de complicaciones que podrían ser evitables, en particular las de contextos más vulnerables como las mujeres rurales, las mujeres más jóvenes, las menos educadas. Pero no solamente están siendo víctimas de complicaciones médicas, sino que estas mujeres están siendo penalizadas. Tenemos incluso el caso de casi 40 niñas entre los 10 y los 14 años que están siendo judicializadas por el delito de aborto cuando está completamente claro que ellas están dentro de la causal abuso sexual.

[Ana Cristina] Me gustaría agregar a lo que decía María Paula que comparto plenamente y es que el delito de aborto, en cierta manera, opera como una barrera estructural. Es decir, es una barrera que está en la base de muchas otras de las barreras que las mujeres tienen para acceder a los servicios de aborto legales y seguros.

En el caso de los profesionales muchas veces ellos prefieren no prestar servicios de aborto antes que ser catalogados como criminales; puesto que en el imaginario social predomina la idea de que el aborto es un delito. Entonces, muchos guardan silencio e incluso quienes lo prestan se ven sujetos al estigma y al maltrato por parte de colegas y profesionales que consideran la prestación de los servicios de aborto como de segunda categoría. Y lo mismo les pasa a las mujeres. Muchas de las barreras a las que ellas se enfrentan se explican solamente porque en los propios servicios de salud el aborto se ve más como un delito que como un derecho.

[Rosa Cecilia] Hay un prejuicio, que es parte de la cultura y que está fuertemente influenciado por la religión, que es ese problema de ver el aborto como un crimen. Y en los sectores más vulnerables, en los sectores más alejados de la población, los sectores más pobres, este problema de la religión tiene un peso enorme. ¿Ustedes qué les responden a esas mujeres que piensan de esa manera?

[Ana Cristina] Pues el problema es que en Colombia el aborto es un delito. Es un delito que está contenido en el Código Penal. Y en buena medida ese delito se explica, creo que por eso es muy importante además tu punto, porque hay preponderancia de una perspectiva moral sobre el problema que es una perspectiva que castiga a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo. Y esa perspectiva moral está muy dominada por el pensamiento religioso católico y cristiano, que entiende que el aborto en cualquier circunstancia es un delito y eso en buena medida explica –esa conjunción de fuerzas muy conservadoras y de una moral única, podríamos decir– explica que el delito se mantenga en el Código Penal impidiendo a las personas tomar decisiones basadas en su propia conciencia.

Sin embargo, las mujeres en general, cuando necesitan interrumpir un embarazo lo hacen; poniendo muchas veces de lado sus creencias religiosas y actuando, más bien, en coherencia con su propia conciencia; no importa lo que les dice la iglesia o el cura. Si una mujer se ve enfrentada a la necesidad de interrumpir un embarazo lo va a hacer.

Yo les diría que actúen seguidas por su propia conciencia y les diría también que el movimiento Causa Justa va a dar una pelea basada en argumentos, pero una pelea sólida y seria hasta lograr –como se logró en su momento que las mujeres pudieran votar– hasta lograr que las mujeres puedan ser sujetas plenas en cuanto a la libertad de decisión.

[María Paula] Las personas que defendemos el derecho al aborto como una causa justa estamos por el derecho a que todas las mujeres decidan en relación a sus propios valores. Es decir, que si una mujer está convencida de continuar su embarazo nosotras somos las primeras que apoyamos que existan las mejores condiciones para que al continuar su embarazo tengan sus plenos derechos.

Un crimen realmente es penalizar 40 niñas de 10 a 14 años que han sido violadas, por el delito de aborto. Otro crimen que es que cuatro mujeres al mes se mueran por complicaciones evitables debidas a abortos inseguros cuando ya en el mundo existe toda la tecnología suficiente para que esto no suceda.

Pero lo más importante y en lo que se basa este argumento, que tiene mucho carácter religioso, es en el hecho de atribuir a la vida en gestación, a la vida embrionaria o fetal, el carácter de persona. Es decir, que es como matar a alguien, a una persona. Nosotros creemos que la vida en gestación es una vida que hay que proteger, pero no obligando a las mujeres a asumir una maternidad impuesta sino protegiendo a la vida que sustenta esa vida en gestación. Es decir, protegiendo a las mujeres en capacidad de tener hijos en sus plenos derechos. ¿Sí? Eso es lo que vemos que no sucede.

Por otro lado, ¿qué es una persona? Para nosotros una vida en gestación no es una persona, no es un niño. ¿Por qué? Y eso tiene que ver no solamente con la ciencia sino con un sentido de lo que es la vida. Entonces, las personas religiosas podrán decir: –La vida se inicia en el momento de la concepción. Puede ser. Pero, ¿es una persona? Nosotros médicamente te podemos decir: –El feto, antes de las 26 o 29 semanas no tiene ninguna capacidad de sufrir o de sentir dolor, no existen las conexiones neuronales para eso. Pero aún después de esa edad gestacional el desarrollo de la conciencia es algo que tiene que ver con las experiencias de vida y con la interacción que se tiene con el medio y con la vida en sociedad. Entonces, no se puede atribuir a la vida fetal el mismo valor que a la vida de una persona que ya tiene una historia, que tiene unas vivencias, que tiene un proyecto, etc.

[Ana Cristina] Yo solamente agregaría que además de todo, desde el punto de vista del derecho, la persona humana existe después del nacimiento. No antes. Y eso, digamos, ha sido un giro que ha hecho los movimientos anti-derechos y conservadores en toda América Latina; confundir a las personas hablando de los derechos del feto cuando las únicas que tienen derecho son las personas y no solamente por todas las explicaciones biológicas que ha dado María Paula sino también por todas las explicaciones jurídicas esa vida en gestación no es una persona y por lo tanto no se le pueden atribuir derechos –como se le atribuye a la persona. Lo que no quiere decir que no haya que protegerla y cosa que tampoco sucede en nuestro país, proteger todas esas gestaciones que las mujeres decidieron llevar adelante; garantizándoles el acceso al control prenatal, al cuidado durante el embarazo, etc. En Colombia, la mayoría de las muertes maternas –más del 80%– son muertes evitables.

[Rosa Cecilia] O sea, el derecho de las mujeres a ser madres, a tener hijos, a que se cuide su maternidad, a gestar pues es simplemente el derecho a decidir. A decidir tenerlo o a decidir no tenerlo. Es decir, no se contrapone, en ningún momento.

Dicen que pedir el derecho al aborto pleno, sin que sea limitado, significa tanto como impulsarlo como un método anticonceptivo. ¿Qué opinan?

[Ana Cristina] Primero: los países que tienen regímenes legales más permisivos; por ejemplo, Canadá, donde no existe un delito de aborto, han demostrado, a lo largo de los años –no estoy hablando de estadísticas de un mes, estoy hablando de estadísticas año por año– que en el primer periodo hay un pequeño incremento de los abortos que está relacionado con el incremento en el registro y en el reporte de los abortos legales. Luego viene una meseta y con el tiempo hay una tendencia a que se disminuyan los abortos; porque normalmente los marcos legales permisivos están acompañados de políticas integrales permisivas. Es decir, en Colombia quieren impedir la educación sexual y al mismo tiempo quieren que el aborto sea un delito. Entonces, cuando tú eliminas el delito lo que además tienes que hacer es tener políticas que sean integrales y consistentes: en educación sexual, garantía y acceso a los métodos anticonceptivos, anticoncepción de emergencia, cuidado de los embarazos deseados y también la opción de interrumpir el aborto.

Ese es un primer argumento. Un segundo argumento es que a mí me parece hasta un poco irrespetuoso con las mujeres que se banalice todo lo que las mujeres deciden por sí mismas. Porque el aborto es una práctica que las mujeres deciden llevar adelante en ciertas circunstancias: cuando consideran que ese embarazo pone en riesgo su vida o su salud, o por razones socioeconómicas, o por razones íntimas, personales, de pareja; por sucesos que pueden tener lugar en la vida de una persona. No existe ningún estudio en ninguna parte que demuestre que el aborto es utilizado como un método anticonceptivo, menos en una época donde los métodos anticonceptivos son fáciles, son accesibles, son económicos, son fáciles de utilizar. Eso me parece otro distractor que nos quieren poner en la conversación.

Y lo tercero, y para mí lo más importante, eliminar el delito de aborto no significa impulsar el aborto ni tampoco rechazarlo; porque yo sí estoy totalmente convencida de que esa es una decisión individual. Nosotros no estamos proponiendo que haya una política activa de promoción del aborto como tampoco aceptamos una política activa de prohibición. La única política que queremos es la política que les permita a las mujeres tomar decisiones.

Pero lo último. Es que eliminar el delito significa que nosotros sacamos la conversación del ámbito penal y criminal, donde nunca debió estar, al ámbito de la salud y regulamos la prestación de los servicios con toda esa jurisprudencia que ya nos ha dado la Corte Constitucional en estos años, que es buena y es garantista, que dice que no debería haber barreras y que pone una serie de reglas… Y también con las propias normas que ha expedido la autoridad sanitaria y con las prestaciones en el sistema de salud. Es tan simple como eso.

[María Paula] Yo en realidad quisiera sumarme a la idea de que las mujeres somos personas moralmente capaces de tomar decisiones. Y este argumento en realidad solo se basa en el prejuicio también proveniente de la religión de que la mujer es de cierta manera frívola, de cierta manera irresponsable moralmente y que no tiene la capacidad de discernir cuándo se justifica o no realizarse un aborto. Y eso solo lo sabe cada mujer en su fuero interno. Alguna vez una persona me decía: –“Es que yo estoy en contra del aborto, pero el caso de mi prima fue muy especial”. Yo digo, el caso de cada una, es un caso muy especial que solo ella lo entiende.

Puede ser que en el mundo exista esa mujer excepcional que se ha realizado en la vida varios abortos. En un sistema donde el aborto es legal, donde ella le sucede eso en el sistema de salud, hay muchas más posibilidades de que esa mujer que está pasando por esa situación pueda ser acompañada y pueda ser proveída de la anticoncepción que necesita. En cambio, en un mundo donde el aborto está prohibido pues esa mujer va a seguir por su cuenta, completamente sin acceso a los anticonceptivos que requiere o sin el acompañamiento que necesita. Pera ella misma nada peor que el aborto como delito.

[Rosa Cecilia]

Por último, ¿cómo hacemos para apoyar esta demanda que ha presentado Causa Justa?

[María Paula]

Lo primero es la visibilización. Difundir el tema, explicar, para que más personas empiecen a apoyar esta Causa Justa. Tenemos que saber que no existen cambios legales sin presión social. También la movilización social, organizarnos para hacer plantones, marchas, lo que haya que hacer. Organizarse. Yo soy muy partidaria de que las personas, en particular los que hacemos parte de algún grupo oprimido, lo que primero tenemos que hacer es organizarnos en colectivos. Nosotros somos de un partido político. También existen otras formas de organizarse las mujeres. Creo que eso es algo muy importante. Lo otro es fomentar una discusión no solamente sobre el aborto sino de lo que hablábamos antes: sobre la maternidad y el rol de las mujeres en la sociedad. Si la maternidad es el único rol que las mujeres podemos asumir. Y también sobre todo este derecho a la maternidad voluntaria y digna.

[Ana Cristina] Una cosa de carácter práctico y una de carácter más filosófico. La de carácter práctico es que nosotras estamos por abrir, en estos días, nuestra página web y en esa página estamos creando un espacio donde las personas se pueden sumar a Causa Justa. Esta es una movilización para el mediano plazo. Si nos va bien en la Corte Constitucional y conseguimos que el delito de aborto sea eliminado tenemos todo un trabajo que hacer en nuestra sociedad para legitimar las decisiones de las mujeres porque no se van a terminar automáticamente las barreras. Por eso es tan importante que el movimiento crezca. Y crezca en la perspectiva de proponerle al país y sostener una conversación articulada, madura, tranquila, argumentada, seria. Eso en el plano práctico.

En el plano más filosófico es muy importante que el país comprenda, la sociedad comprenda, los hombres y las mujeres, que la disputa por el aborto, por la eliminación del delito de aborto del Código Penal es una disputa por la libertad de las mujeres y por su igualdad. Porque mientras existan leyes que penalizan a las mujeres, las amenazan con la cárcel, porque toman decisiones sobre sus cuerpos y en el caso de las mujeres no hay nada que esté más estrechamente ligado a su libertad que la libertad sobre la reproducción porque las mujeres tenemos cuerpos biológicos sexuados para la reproducción. Y en ese sentido, el ejercicio de nuestra libertad, si no es completo, si no abarca el cuerpo y la reproducción, significa que las mujeres no somos iguales ante la ley y tampoco somos ciudadanas plenas. Por eso nuestra Causa Justa es la libertad.

[Rosa Cecilia]

Yo creo que también es importante decir que toda esta lucha que estamos dando las mujeres en el mundo, hace parte de esta ola también de lucha que se está dando y que ya, definitivamente, llegó a nuestro país; llegó a nuestro país desde hace unos años y el año pasado se intensificó a partir del 21 de noviembre. La lucha por los derechos de la mujer hace parte de toda esta lucha social de la clase trabajadora por cambiar definitivamente esta sociedad.

 

 

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