Médicos cubanos: ejemplo internacional de explotación y tercerización laboral de los trabajadores de la salud

La petición de algunos gobernantes de solicitar el apoyo de una brigada médica especializada en unidades de cuidados intensivos como estrategia para enfrentar la crisis sanitaria que se está generando a raíz del Covid-19, tiene que ser vista desde la realidad concreta, social y económica que se vive, así podrá explicarse el por qué los gobernantes lanzan peticiones que solo son la demostración de la hipocresía de sus gobiernos al utilizar la situación de Cuba para mantener las mismas condiciones de explotación en cada uno de sus países o regiones. Gran parte de las brigadas de médicos alrededor del mundo, no son en su mayoría “el ejemplo de solidaridad y apoyo entre los pueblos”.

Autor: PST – Regional Antioquia

El Alcalde de la ciudad de Medellín, Daniel Quintero, solicitó el apoyo del equipo de médicos cubanos para atender la pandemia en la capital antioqueña.  Se escuchan voces a favor y en contra por las redes sociales, basándose solo en la idea de que los médicos cubanos no tienen la culpa del gobierno que los rige y resaltan que es un país oprimido por el bloqueo norteamericano, aceptando que la forma de contratación cubana es perfecta y no tiene discusión.

Los doctores cubanos, son el espejo y el más claro ejemplo de la situación de los médicos en todos los países capitalistas del mundo, por consiguiente, Cuba y Colombia que son también países capitalistas, no son la excepción.

“El programa Más Médicos, del gobierno Dilma [en Brasil], expuso a los ojos del mundo la absurda y degradante realidad que existe en Cuba. Los médicos cubanos se transformaron en una fuente de renta para el gobierno, que practica trabajo semi-esclavo con la exportación de hombres y mujeres tratados como mercaderías, en un negocio sucio con otros gobiernos que apoyan a Fidel y hacen de ese negocio una forma de enviar divisas”[1]

“Esa práctica de “exportar profesionales” comenzó en Cuba en 1963. Desde entonces, cerca de 132.000 médicos y paramédicos cubanos cumplieron misiones en el exterior, un servicio que constituye actualmente la principal fuente de ingresos de la Isla”[2]

El Gobierno cubano tiene un sistema de contratación con el cual terceriza la mano de obra de los médicos y estos no tienen la libertad de salir o entrar a voluntad; es una situación en la que se somete a sobreexplotación a los galenos en Cuba, en las cuales  se niega el derecho de asociación sindical para defenderse del patrón, generar conflictos colectivos,  elevar pliegos, desarrollar procesos de negociación colectiva y utilizar la huelga para obtener mejoras significativas en las condiciones laborales.

Puede parecer confuso esta interpretación, dado que se asocia al actual gobierno cubano como heredero de la revolución que socializó los medios de producción social y expropió al imperialismo en la isla. Pero es evidente que en la actualidad, el Gobierno burgués de Cuba utiliza la intermediación mercantil de la mano de obra de sus médicos, como veta de negocio que reproduce muchas de las condiciones de precariedad de todos los trabajadores de la salud de todo el mundo y oprime a los trabajadores cubanos con un régimen autoritario que sigue al servicio de la apertura capitalista que propugnan las multinacionales y está al servicio de los negocios privados de los funcionarios del gobierno cubano.

La propuesta del Alcalde de Medellín, el señor Daniel Quintero y de cualquier otro mandatario del mundo es la demostración de la hipocresía de los gobiernos al utilizar la situación de Cuba para mantener las mismas condiciones de explotación en sus propios países. Una prueba de esto, es que el mandatario antioqueño lanza la propuesta cuando le tiene acreencias pendientes de pago a los médicos locales y sin antes haberse logrado un acuerdo con ellos. Luego del escándalo por su propuesta, se llega a un acuerdo laboral que parte de la base de la presión y chantaje del patrón que impide a los médicos exigir mejores garantías como la vinculación y solo se alcanza la solución del conflicto, pero por lo bajo.

La preocupación de la burguesía y el imperialismo no es la de salvar vidas. Pueden los gobiernos traer miles de médicos de todo el mundo contratados con todas las garantías, pero ello no mitiga la crisis generada por la aplicación de las políticas neoliberales como es la Ley 100 en Colombia. A ellos solo les interesa mantener el orden de explotación social y salvar sus gobiernos para implementar los planes de profundización que exige la precarización laboral.

Si les interesara salvar vidas, ya habrían pasado todo el sistema de salud a manos del Estado y darían toda la provisión de recursos y dinero para solventar la crisis. Por el contrario, mantienen y profundizan la política de abandono de la salud y el mal manejo de la crisis sanitaria, provocando miles de muertos, porque no aplican la cuarentena general con la renta básica, siguen, por el contrario, pagando la deuda externa.

Los trabajadores de la salud, cubanos, colombianos, alemanes o de cualquier parte del mundo, deben tener las garantías laborales: salario, contrato, seguridad social y todas las prestaciones sociales. A su vez deben dar la lucha por auto organizarse y exigir a sus gobiernos burgueses y en este caso al de Cuba, que cese toda intermediación mercantil.

Los trabajadores de la salud deben sindicalizarse como una alternativa de organización y abrir el debate al interior de sus sindicatos sobre lo que son los contratos sindicales y el modelo de la tercerización en la contratación laboral.

Los trabajadores industriales, de servicios o de la salud deben organizar las asambleas y reuniones para planear y ejecutar la huelga de brazos caídos garantizando los procesos esenciales con el objetivo de exigir que se aplique la cuarentena, se prohíban los despidos y se dé el reintegro de quienes perdieron su trabajo; se reclame al gobierno colombiano un sistema nacional hospitalario y de salud con presupuesto y garantías a sus trabajadores.

También, que se asigne un ingreso de dos salarios mínimos por familia a los trabajadores informales y desempleados; se condonen las deudas por servicios públicos y garantice la conectividad prestada y financiada por el Estado. Exigir el no pago de la deuda externa y utilización de esos dineros en la inversión social con la no entrega del erario público a los empresarios y terratenientes, a los banqueros y sobre explotadores de los trabajadores.

Unificar las luchas de todos los trabajadores de la salud y de los demás sectores en medio de la crisis sanitaria es la vía para exigir derechos y condiciones laborales, hasta que surja un verdadero gobierno obrero y socialista con el cual la solidaridad de la clase trabajadora sea una realidad y no un negocio.

 

Referencias

[1] https://litci.org/es/menu/especial/autores/medicos-cubanos-una-conquista-de-la-revolucion-del-59/

[2] Ibid.

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