Mitin contra un juzgado que amaña las leyes a favor de Cerro Matoso.

Montelibano (Córdoba). Entrevista a líder sindical de Cerro Matoso

La decisión de hacer el mitin en el Palacio de Justicia del municipio de Montelíbano el 20 de septiembre de 2017 fue a causa de las arbitrariedades de parte del juez promiscuo del circuito Alfonso Castillo Cárcamo el cual ha venido fallando siempre a favor de Cerro Matoso, así no tenga la razón, así viole los derechos convencionales, constitucionales y legales que tenemos nosotros los colombianos pues cualquier proceso que le caiga manos de este juez de Montelibano lo falla a favor de Cerro Matoso.

Es conocido que el señor Moisés Arteaga actual funcionario jurídico de esta multinacional, en el pasado fue secretario del Juez Castillo, y lo que inquieta a los trabajadores es que permanece constantemente en las instalaciones del Juzgado relacionándose sus antiguos compañeros de trabajo.

En marzo de 2015, después de una huelga que se levanta con un acuerdo, con presencia de un viceministro (Cardenas), después de esto han venido saliendo fallos en el Tribunal Supremo de Montería y luego en la Corte Suprema de Justicia, quienes declararon ilegal la huelga. Desde el primer falló la empresa ha venido despidiendo trabajadores que participaron en la huelga.

Cansados de estas irregularidades hicimos el mitin, al ver cómo violan los derechos de los trabajadores, cómo despidieron a 25 trabajadores sin el debido proceso de los cuales el 90% de sus trabajadores tienen enfermedades laborales dónde ya la junta Regional de calificación de un dictamen de una pérdida de capacidad laboral.

Seguiremos protestando contra el Juzgado porque consideramos que los procesos contra los trabajadores de Cerro Matoso son amañados.

Se solicita al gobierno que intervengan rápido en este conflicto laboral porque la empresa va a hacer una arremetida de despidos masivos. Además, que se investiguen a Cerro Matoso por ellos han gastado más de 9 millones de dólares en gastos jurídicos, cifra super exagerada, pero normal en un país donde la justicia se vende al mejor postor.