Colombia La tierra: un derecho arrebatado con sangre Publicado por: Administrador el 1 agosto, 2016 Más en Colombia: #21N: reivindicar el camino de la lucha y retomar los objetivos del estallido social 20 noviembre, 2024 Editorial: Inundados y con sed 15 noviembre, 2024 Ante la crisis fiscal, ¡NO al pago de la deuda externa! 6 noviembre, 2024 La consolidación del capitalismo en Colombia, parte de una profunda violencia que ejercieron los monopolios de la tierra en el siglo XIX, y una paulatina combinación de los monopolios comerciales de café, que prosperan con la colonización antioqueña y el declive de las Haciendas cafeteras en Santander y Cundinamarca quienes pierden dominio sobre un campesinado que busca liberarse de sujeciones a la tierra. Ya para el siglo XX como señala Kalmanovitz “La alternativa entre el desarrollo basado en la economía campesina o la transformación lenta de la hacienda, se abrió con las luchas campesinas de fines de los años 20 y se cerró con la derrota del movimiento democrático en el país, durante los años 50. Las consecuencias sociales del desarrollo capitalista por la vía terrateniente fueron graves: el régimen político nacional y local continuó apoyado en las viejas clases dominantes y también en los métodos arbitrarios de someter la población campesina, mientras que en las ciudades se imponía un control entre clientelista y autoritario sobre la vida civil en general. La barbarie que caracteriza las viejas formas de sujeción campesina se reproducen a otro nivel, para apuntalar un sistema de dominación un tanto más moderno. A nivel social y económico se producía una inmensa superpoblación, causada por lo menos en parte por el monopolio territorial dada la ecuación tierras sin hombres y hombres sin tierras, lo cual contribuyó a que el capital pudiera pagar salarios muy bajos a todo lo largo y ancho del territorio nacional.” (1) El que identifiquemos dos actores, Terratenientes- burguesía contra campesinado pobre, no nos libera de explicar que esta violencia respondía a un factor decisivo, el carácter semicolonial de Colombia y su dependencia del capital norteamericano tras la hegemonía lograda después de la segunda guerra mundial, que respondió a una disputa inter-imperialista y en la que la clase obrera mundial sufrió las mayores bajas y destrucción. En aras de ser breves, no podemos hacer ningún análisis de la violencia del capital, si este no se ubica en el contexto de la lucha de clases internacional. Y sobre todo el carácter reaccionario del régimen colombiano no tendría una explicación si no exponemos que la insurgencia emerge de la guerrilla liberal, y que empalma con un desarrollo de la revolución mundial, expresada en el triunfo de la revolución cubana, liderada por el castrismo (dirección pequeño burguesa) y que se enfiló al estalinismo, que expresaba la política de colaboración de clases promulgada por el PCUS en la URSS, pero sobre todo de coexistencia pacífica del bloque soviético y el imperialismo (XX congreso PCUS 1956). Sin este contexto político, sobre los procesos revolucionarios del mundo, el PCC no hubiera jugado un papel tan nefasto y destructivo en la lucha del campesinado (quien se armó de manera masiva), quien fue posteriormente sometido a sistemáticas masacres, que terminaron arrinconando a un reducto que empalma primero con militantes revolucionarios y luego se disgregaría en pugnas producto de rupturas al interior del propio estalinismo internacional, que se expresaría con el maoísmo y el castrismo. Por tanto no podemos descalificar la legítima lucha del campesinado después de imponerse el reaccionario régimen conservador-liberal. Nuestra discusión con la guerrilla se expresa en la táctica que se impuso a la clase obrera y al campesinado, el crear aparatos militares por fuera de la lucha social y que pretenden sustituir toda acción auto-organizada de la clase obrera para decidir democráticamente, armarse legítimamente para conquistar el poder. Sin este entorno internacional, tampoco se puede explicar el carácter reaccionario de los acuerdos políticos, pues responden a un proceso ruptura del gobierno cubano con las bases de la revolución que expropio el capital y al imperialismo norteamericano. Es decir que la restauración capitalista en Cuba no solo modela la realidad de la clase obrera en Cuba, sino que permea la lucha de clases en el continente. Por tanto nuestra respuesta no es pacifista, es revolucionaria, y nuestra critica se orienta a la cúpula de un partido ejército, que distorsionó no solo la lucha democrática por la tierra, sino que impuso un método terrorista que sacrifico miles de revolucionarios en aras de un programa de colaboración de clases que se confirmara al quedar totalmente desarmada y comprometido con un régimen político que se solidifica en el marco de la mayor crisis capitalista mundial. Es decir de una ofensiva de las multinacionales y el gran capital por colonizar a Colombia y Latinoamérica, y que la decisión de defender un programa de reformismo parlamentario, de defensa de maquillaje al régimen capitalista, es el peor escenario para que la clase obrera y el campesino se coloque a la ofensiva para derrocar la clase capitalista y el imperialismo, y por ello nuestro llamado es a las bases de la guerrilla para que defienda un programa revolucionario de expropiación del capital y por un gobierno obrero y popular que imponga la dictadura del proletariado sobre la burguesía y liquide el estado capitalista y su ejército reaccionario. No guardamos ilusiones políticas en ningún comandante reintegrado, si no anuncia su determinación de combate a la burguesía y el imperialismo, pero estamos dispuestos a movilizarnos con los trabajadores ante cualquier amenaza de muerte o intento de la reacción burguesa por reabrir un nuevo ciclo de violencia, contra los dirigentes populares y sociales que decidan luchar contra el régimen burgués y pro imperialista. En términos de la lucha contra el régimen reaccionario, definimos la lucha por garantías políticas para todos los sectores que expresen reivindicaciones sociales, económicas y políticas, de los trabajadores, campesinos pobres y sectores populares, indígenas y minorías étnicas, de líderes sociales por los derechos humanos y quienes se coloquen en las filas del proletariado contra toda expresión reaccionaria o fascista. TERRE LIBÉRÉE (1)http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/colhoy/colo9.htm Post Views: 6.267