Colombia, Coronavirus Renta Básica ya: por una cuarentena real para salvar la vida Publicado por: Editor El Socialista Región Caribe el 18 junio, 2020 Más en Colombia: #21N: reivindicar el camino de la lucha y retomar los objetivos del estallido social 20 noviembre, 2024 Editorial: Inundados y con sed 15 noviembre, 2024 Ante la crisis fiscal, ¡NO al pago de la deuda externa! 6 noviembre, 2024 Ante la Pandemia cuyo epicentro ha pasado a ser América Latina, la medida más efectiva para disminuir la tragedia social y humanitaria, ante la falta de inmunidad biológica, vacuna o tratamiento conocido, es la cuarentena. Por: Ramona El Estado no garantizó la cuarentena y ahora la levanta en el ascenso de la curva Esa cuarentena implica un cierre temporal de la mayoría de los sistemas económicos, pero para poder sostenerse requiere que las personas cuyos trabajos se suspenden no vean suspendidos también sus ingresos, como sucedió efectivamente en la mayoría de países entre ellos Colombia. A pesar de las promesas del gobierno local y distrital, de que nadie iba a pasar hambre, que a nadie lo iban a desalojar, que a nadie iban a cortarle los servicios; la realidad terminó siendo opuesta: los trapos rojos se masificaron en las ventanas, noticias de desalojos cubrieron los titulares, miles de personas se quedaron sin trabajo y sin ingresos. De tal manera que el mismo Estado garantizó que la cuarentena fuera insostenible, y que millones de desposeídos empezaran a pedir “volver al trabajo”, para poder comer, y seguir viviendo, aún en medio del ascenso de los casos y los muertos. Desde del PST y otras organizaciones hicimos varias propuestas que fueron desatendidas como el congelamiento de servicios y arriendos, el viraje de la industria y la reubicación de los trabajadores para la producción de los insumos y elementos para enfrentar la pandemia, garantizar la bioseguridad de quienes tenían que laborar, pagar salario sin prestación del servicio donde fuera posible, y un ingreso básico mínimo vital para los desempleados nuevos y antiguos, informales y demás. Plata sí hay: No al pago de la Deuda Externa Para soportar este plan de emergencia proponemos dejar de pagar la deuda externa, deuda que ya hemos pagado varias veces y cuyos intereses exorbitantes la hacen eterna y se come gran parte del presupuesto de la nación. También es posible sentar un impuesto a las grandes fortunas, levantar las exenciones a las grandes empresas, limitar el gasto militar, entre otras, esto solo para resumir que plata sí hay. Volvamos al problema del desempleo, la informalidad y la falta de garantías para una cuarentena real, lo que se ha “solucionado” por el gobierno levantando la cuarentena, y convenciendo a los trabajadores de que no hay otra salida. Desde el inicio de la emergencia varios sectores, incluido un grupo de congresistas, empezaron a hablar del mínimo vital, otros de renta básica para los más pobres, y otros de renta básica universal, esta propuesta es alternativa a la flexiblización de la cuarentena y apunta directamente a exigir al Estado las garantías para la vida de la población en medio de la emergencia. Esta propuesta se ha venido discutiendo no solo en Colombia y se ha empezado a implementar con diferencias en varios países, en España por ejemplo empezó el 10 de junio un programa de ingreso mínimo vital focalizado a familias vulnerables. Escala móvil de salarios y de horas de trabajo Como socialistas, ante situaciones de desempleo general y crisis económica, proponemos y seguimos reivindicando la fórmula tradicional de “escala móvil de salarios y horas de trabajo”, lo que significa emplear al 100% de la fuerza de trabajo disponible, repartiendo entre ellos el trabajo para hacer, es decir, las horas de trabajo, y ajustando el salario al coste de vida. Al repartir todas las horas de trabajo entre todos los trabajadores, nadie estaría desempleado y nadie tendría que trabajar 12 ni 16 horas como sucede hoy en día. Todos tendríamos trabajo y todos tendríamos tiempo para descansar. Con la escala móvil de salarios se compensarían las fluctuaciones de los precios sobretodo de la canasta básica. Esta fórmula que sigue siendo válida, se podría aplicar en el proceso de reapertura de la economía en un momento en que haya pasado el peor peligro de la pandemia cosa que nos parece aún lejana a pesar de las decisiones del gobierno, y también en el caso de que sea posible virar el aparato productivo y la industria, de tal manera que se pueda emplear en producción esencial al menos a la mayoría de la población en edad de trabajar. Pero esta es una crisis muy especial, la cuarentena requiere paralizar el aparato productivo en la mayor medida posible para evitar que las personas salgan de sus casas, de estas un porcentaje podrá seguir realizando teletrabajo y otro porcentaje tendrá que realizar labores presenciales indispensables como la atención en salud. Entonces nos queda una cantidad importante de trabajadores que ni ejercen una labor básica, ni pueden realizar su labor por teletrabajo, como es el caso de la mayoría de trabajadores productivos. Lo ideal sería que muchos de ellos fueran enviados a sus casas con salario sin prestación del servicio (se podría hacer mediante el art 140) , y todas las garantías por parte de su empleador, pero en realidad lo que vimos fue despidos, licencias no remuneradas y bajas de salario. Y aun cuando todos los asalariados continuaran recibiendo su ingreso, tenemos más de la mitad de la población que subsiste de la informalidad, el subempleo y el llamado rebusque. Por fuera de cualquiera de estas posibilidades quedaron en el más completo desamparo. Para nosotros los socialistas todos los miembros de la sociedad capaces de trabajar deben hacerlo, es decir, en circunstancias normales estaríamos en contra de que a alguien se le pague sin trabajar estando capacitado físicamente para hacerlo, el problema es cuando el momento exige justamente que una enorme masa de trabajadores deje de producir, de manera temporal. Podríamos claro, pensar que las horas de trabajo disponibles en los servicios esenciales o que siguen funcionando por teletrabajo, se pueden repartir. Pero en lo inmediato los trabajadores no tienen la capacidad de migrar de sector productivo con la misma capacidad del capital. Básicamente los obreros metalúrgicos no pueden -al menos inmediatamente- desempeñarse como enfermeros o maestros. De tal modo, que existe una situación concreta en que los socialistas estamos porque de manera temporal se pague sin trabajar al grueso de los trabajadores, de dar a cada cual según su necesidad ante la imposibilidad manifiesta que tiene de aportar según su capacidad. Igualmente se trata de una retribución de lo que por años le ha sido expoliado. Los subsidios focalizados Gobiernos nacionales y locales se llenaron la boca hablando de los subsidios y mercados, ayudas que se repartirían para ayudar a los necesitados, esto resultó en un soberano fiasco, en primer lugar, porque el monto de 160 mil pesos que recibieron los afortunados, está lejos de cualquier mínimo vital, siendo de un décimo del costo de la canasta básica. Por otro lado, la corrupción, los sobrecostos y el carrusel de los mercados desviaron gran parte de los recursos, en muchos lados con lo que se debieron dar 1000 mercados se entregaron 100, en otros se entregaron mercados de mala calidad o en mal estado. Otro problema de los subsidios focalizados es que favorece la politiquería y el clientelismo, dado que estar o no en las listas de beneficiados se usa como favor político, o como campaña para las próximas elecciones. No es un secreto que en varios municipios estas ayudas se adjudican a los amigos o seguidores del alcalde de turno. También fue conocido el escándalo de varios subsidios adjudicados a la cédula 123456789, o a Pepita Pérez. Pero quizá el más grave fallo es que estos programas focalizados, no tienen la capacidad de adaptarse a la velocidad de la crisis generada en situaciones como la pandemia, es decir, una persona que tenía trabajo o un pequeño negocio no está en el Sisbén o ninguno de esos programas, cuando la despiden o desalojan debe inscribirse, llevar papeles, probar ante la burocracia gubernamental su nueva condición de vulnerable. Este proceso es totalmente improcedente e ineficaz en una situación en que de manera súbita miles de personas pierden su ingreso. Según cifras del DANE por lo menos 1,5 millones de personas se encuentran sin ingresos y por fuera de cualquier programa de ayuda del Estado, cifra que crece diariamente a medida que crecen los despedidos y quiebran los pequeños negocios. Entonces cuando hablamos de renta básica universal, no es con el interés de que a los ricos les llegue el dinero, si les llega, que les sea descontado de los impuestos que deberían estar pagando. Lo importante es que ese ingreso llegue de manera rápida, sin requisitos, y sin que se preste para el clientelismo. Igualmente, que su monto sea al menos igual al salario mínimo y no los míseros 160 mil pesos (40USD) del ingreso solidario. ¡Que la crisis la paguen los ricos! Otros analistas hablan de varias ventajas como ayudar a la formalización del empleo, dado que las personas no tendrían que obligarse a aceptar trabajos precarios y mal remunerados solo para subsistir; nosotros no nos hacemos este tipo de ilusiones en la posibilidad de reformar el mundo de la explotación asalariada. Incluso burgueses enemigos de los trabajadores empiezan a considerar la posibilidad de implementar la renta básica, la razón es sencilla, de nada sirve que abra la economía y se produzca gran cantidad de mercancías si nadie tiene dinero para comprarlas. Nuestro interés es contrario al de ellos, no nos interesa sustentar o ayudar a recuperar la economía capitalista, sino demostrar que el capitalismo es inviable como sistema. Desde el PST, empezamos a levantar esta consigna unitaria como parte de las medidas temporales de emergencia ante la crisis, como parte integral de nuestro pedido por cuarentena sin hambre o cuarentena con garantías; como oposición al “sálvese quien pueda” del gobierno, proponemos el sustento colectivo de la sociedad. Oponemos la renta básica a los créditos y deudas disfrazados de ayudas, a la hipoteca inversa, el expolio de las cesantías y demás propuestas con las que el gobierno dice ayudarnos, pero en realidad nos quita todo lo poco que tenemos y hemos trabajado. Reivindicamos igual que Trotsky el derecho al trabajo y a una existencia digna para todos, estamos en contra de que los trabajadores y los pobres tengamos que pagar el precio de esta crisis económica, ecológica y sanitaria que ellos han creado. Estamos por que se devuelva a los trabajadores al menos parte de lo que se les ha expropiado, no estamos por limosnas. Es en ese sentido que nos parece totalmente válido que la población exija del Estado una renta o ingreso mínimo vital, como medida temporal de mediano o corto plazo ante la necesidad de paralizar el aparato productivo para salvar la vida. Sin dejar de insistir en que la mejor fórmula contra el desempleo es la escala móvil de salarios y horas de trabajo, y debemos insistir en ello ante la apertura de los sectores productivos. https://www.semana.com/economia/articulo/que-dice-el-gobierno-de-la-renta-basica-universal/678144 https://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-debate-por-una-renta-basica-en-colombia-y-el-ingreso-minimo-vital-en-espana/ https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm Post Views: 1.772