Colombia, Declaraciones Trump vs Petro: es el momento de la lucha antiimperialista Publicado por: Editor Central el 1 febrero, 2025 Más en Colombia: Crisis en el Catatumbo: el fracaso de la estrategia guerrillera y los límites de Petro 24 enero, 2025 Trazos de esperanza: Saludo al mural «Las cuchas tienen razón» 20 enero, 2025 2024: unos ganan y otros pierden El balance del país de los ricos y el balance del país de los pobres 29 diciembre, 2024 En noviembre, cuando se dio la victoria electoral de Trump, decíamos que “El triunfo de Donald Trump, en las elecciones de Estados Unidos, es la manifestación de la falta de alternativa de dirección –revolucionaria– para la clase trabajadora y los pueblos de todos los países. Ante eso se impone la alternancia de gobiernos ‘liberales’ (conocidos como de derecha moderada o incluso centro izquierda) o ‘progresistas’, y conservadores, más de ‘derecha’, o supremacistas”[1]. Esa ausencia de dirección se agudiza por el hecho de que los trabajadores en todos los continentes se levantan contra las manifestaciones de la crisis cada vez más profunda del capitalismo buscando salidas y cambios profundos, y, lamentablemente, son llevados por sus direcciones al terreno electoral, para desviar la lucha por revolución social. Igualmente, alertamos sobre los peligros que traía para Colombia, tales como desinversiones, tensiones diplomáticas con Petro, cambios de la política migratoria y la política antidrogas; también alertamos de que el uribismo aprovecharía el nuevo aliado del norte para fortalecerse. La actual situación es parte de este proceso, y de concretarse un programa de deportaciones masivas, el porcentaje del PIB que corresponde a las remesas podría verse afectado (cerca del 3 % en 2024).) La crisis con los deportados Las redadas, la campaña contra los inmigrantes en suelo estadounidense y las subsecuentes deportaciones masivas que viene haciendo el gobierno de Trump, han despertado indignación por el trato como delincuentes, colocándoles esposas y cadenas, por el hecho de ser indocumentados. Varios gobiernos, incluido el de Petro, se pronunciaron ante el gobierno norteamericano exigiendo que los connacionales fueran tratados dignamente como seres humanos. La presidenta de Honduras, planteó que de continuar este procedimiento consideraría el cierre de la base militar estadounidense en su país, y los de México y Brasil, se quejaron por el trato de criminales dado a los deportados enviados. No podemos olvidar que los gobiernos demócratas deportaron en igual o mayor medida, pero sin hacer tanto aspaviento, y que tanto republicanos como demócratas defienden los intereses de la burguesía imperialista norteamericana, que invaden y asesinan por igual, como en Palestina. Por tanto, nuestra lucha no es contra la ultraderecha y a favor de los demócratas. Es por los derechos de los trabajadores explotados y oprimidos y contra todos los explotadores y opresores, sean liberales, conservadores o fascistas. Por eso queremos, en primer lugar, expresar nuestra solidaridad con los trabajadores deportados y sus familias; y nos ponemos a favor de cualquier medida que sea tomada para garantizar sus derechos. Para la inmensa mayoría de los latinoamericanos ha quedado demostrado el tratamiento xenófobo y denigrante que el gobierno norteamericano le da a los inmigrantes, trabajadores que han decidido ir al país del norte, porque los niveles de desempleo en sus países de origen son enormes. A esto se suman los miserables salarios y empleos precarios que no garantizan siquiera la supervivencia en condiciones dignas. Paradójicamente, estas condiciones de sobreexplotación que sufrimos en nuestros países son los que posibilitan el alto nivel de vida del que gozan en los países imperialistas, tras del cual se aventuran ilusionadas las oleadas de migrantes. Los países semicoloniales invadidos y saqueados, se vuelven infiernos intolerables para millones que prefieren correr riesgo incluso de morir para buscar una mejor oportunidad para sus familias. La crisis diplomática abierta entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, y la airada reacción de este último, plantea el carácter de las relaciones de los países semicoloniales con los países imperialistas, como relaciones de dominación e imposición de políticas militares, económicas y sociales, a través de diversos mecanismos como los préstamos del Banco Mundial y el FMI, con intereses leoninos, y medidas como la privatización de las empresas de servicios públicos y el saqueo de los recursos naturales por las transnacionales; también los Tratados de Libre Comercio, TLC, planes de la OCDE, que benefician al imperialismo y a un sector minoritario de la burguesía colombiana, que perjudican a los trabajadores y demás sectores de clase oprimidos, porque en los negocios, al que mejor le va es al que tiene el control del mercado, y en el mundo el mercado es controlado por las empresas imperialistas. Discurso antiimperialista, pero sin medidas La negativa de Petro a permitir el aterrizaje de los primeros aviones y la subsecuente respuesta a las amenazas de Trump es correcta, pero insuficiente, ya que no se complementa con acciones verdaderamente consecuentes de defensa de la soberanía nacional. El gesto de Petro es un gesto democrático, de protección de los derechos humanos, pero está lejos de ser antiimperialista. Posteriormente, se da un proceso de negociación en el que incluso Trump asegura que el Gobierno de Colombia se disculpara y Petro reconoce que las relaciones están mal, pero que está dispuesto a conversar. Para nadie es un secreto que la gran mayoría de los gobiernos en América Latina, llámense progresistas o de derecha, han sido sumisos a los intereses de los gobiernos imperialistas, y Petro no escapa a esto, como lo está demostrando con la isla de Gorgona, considerada como refugio para la diversidad marina, que le será entregada al gobierno norteamericano para que instale un radar y efectivos militares para controlar el tráfico marítimo en esa región del océano Pacífico, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico. Tampoco ha roto con acuerdos de asistencia militar y ayuda financiera como el Plan Colombia que se firmó en el año 2000 bajo la misma disculpa de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, y que permite la presencia de un número elevado de personal del Departamento de Defensa de Estados Unidos, así como de contratistas militares. Se mantiene vigente un tratado establecido con casi todos los países de América Latina desde 1947, en el marco de la doctrina Monroe de “América para los americanos” que es en realidad una especie de OTAN latina, llamado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca – TIAR, por supuesto para beneficio del imperialismo gringo. Si bien, preservar la dignidad de los deportados evitando que lleguen encadenados fue importante, también lo es la garantía de sus derechos y el de sus familias, que han perdido seguramente su sustento con las remesas; ellos necesitan empleo digno y formal y no endeudamiento y discursos de “emprendimiento” que es lo que anunció Petro como “ayuda”. ¿Qué hacer? La burguesía colombiana que siempre ha sido lacaya a los dictados norteamericanos, salió a controvertir al gobierno y llevó a que el Partido Liberal, en cabeza de César Gaviria, se declara en oposición al gobierno. El uribismo, salió a decir que el impasse fue superado por la intervención del expresidente Uribe, el Gobierno no lo niega y Sarabia sale a decir que es lo más normal pedir la ayuda de expresidentes. Más allá del rol que pueda haber jugado Uribe, lo más cuestionable es que Petro (o su funcionaria Laura Sarabia) llamara a los expresidentes burgueses para que ayuden a resolver la crisis con el gobierno de Trump, a cambio de llamar a la movilización a los trabajadores y pueblos latinoamericanos; no nos queda más que repudiar este hecho, natural para un gobierno burgués cualquiera, despreciable para un Gobierno elegido por los trabajadores y sectores populares en rechazo principalmente al uribismo. Hoy, algunos gobiernos “progresistas” reclaman dignidad frente al gobierno de Trump, pero esa dignidad pasa por exigir respeto y condiciones de igualdad, porque ningún ser humano es ilegal en este planeta. Las fronteras nacionales son artificiales para dividir a los trabajadores y los pueblos y someterlos. Como dice la canción: “entre tu pueblo y mi pueblo solo existe un punto y una raya” y somos los trabajadores y pobres del planeta los que debemos unirnos contra el imperialismo que hoy amenaza con destruir el planeta, por la voracidad capitalista, que solo le interesan sus ganancias a costa de destruir los recursos hídricos, naturales y la humanidad. De poco sirve un discurso antiimperialista si no se toman medidas antiimperialistas reales, acompañadas con movilización de los trabajadores, sectores populares y pueblos originarios. Esta breve crisis diplomática y el advenimiento de Trump para un segundo mandato pone a la orden del día la lucha antiimperialista en la región. Trabajadores, campesinos, indígenas y demás sectores oprimidos somos los que debemos arreglar las cosas en este país y el mundo. Los amos imperialistas solo quieren sumisión a sus dictados, y solo si nos rebelamos y luchamos por la segunda independencia podremos salir adelante. En ese sentido, llamamos a las organizaciones de los trabajadores, a las centrales obreras, a las organizaciones sociales, a los pueblos originarios y a todas las organizaciones que dicen defender al país, a que exijamos que Petro encabece las siguientes medidas: -Una campaña regional exigiendo a los gobiernos de Latinoamérica a que defiendan la soberanía de los pueblos de la región convocando a la movilización. -Ante la ofensiva yanqui, apelar a los trabajadores y los pueblos y no a expresidentes burgueses, menos a genocidas -Rechazar las deportaciones, ninguna persona es ilegal -Ruptura de los pactos económicos de sujeción a la OCDE y al FMI, ruptura total con Israel -Ruptura de Colombia con la OTAN de la cual Colombia es socio global -Ruptura de los TLC con Estados Unidos que no son más que comercio desigual con el cual se beneficia la burguesía de Estados Unidos y una pequeña parte de la burguesía local, empobreciendo a las mayorías -No pago de la deuda externa -Ir del discurso a la ruptura con la política antidrogas del imperialismo, ¡legalización y regulación! -Ruptura de pactos militares y cierre de bases militares norteamericanas en los países donde están instaladas. Ruptura con el TIAR, el Plan Colombia y todo tratado que viole la soberanía y la independencia nacional. -Salida inmediata de los militares, asesores y mercenarios norteamericanos que están en Colombia, sea cual sea su “misión”. -Suspensión inmediata del proyecto de la base en Gorgona disfrazada como “Subestación de Guardacostas”, y del plan para traer miembros de la OTAN o tropas extranjeras a la Amazonía, fuera yanquis del pacífico colombiano y de nuestros recursos naturales -Empleo digno y formal para los deportados, ni deudas ni emprendimientos. -Expropiación de las multinacionales norteamericanas y expulsión de los empresarios yanquis. Ante la ofensiva imperialista, unidad latinoamericana de los trabajadores y los pueblos. ¡Por la segunda independencia nacional y social! Comité Central del Partido Socialista de los Trabajadores 1 de febrero de 2024 [1] Elecciones en Estados Unidos: El significado de la reelección de Trump para Colombia https://www.magazine.pstcolombia.org/2024/11/elecciones-en-estados-unidos-el-significado-de-la-reeleccion-de-trump-para-colombia/ Post Views: 237