Colombia 2024: unos ganan y otros pierden El balance del país de los ricos y el balance del país de los pobres Publicado por: Administrador el 29 diciembre, 2024 Más en Colombia: Por un aumento real del salario mínimo y alza general de salarios 17 diciembre, 2024 ELN y Gran Acuerdo Nacional: el derrumbe de la Paz Total 10 diciembre, 2024 La laboral no es la reforma que necesitamos 10 diciembre, 2024 Al final de cada año, los medios de comunicación publican un balance sobre cómo le fue al “país”. Pero, ¿a qué país hacen referencia? Pues al país de los ricos, desde luego, los medios de comunicación son de ellos. En ese sentido, todos los balances son sobre cómo estuvo el crecimiento de las ganancias: si los negocios para los exportadores mejoraron y si las inversiones para la explotación laboral y el saqueo de las multinacionales crecieron o no. A los ricos les fue bien, a los pobres mal El crecimiento de la economía fue del 2%, esto es el crecimiento de la riqueza generada por el aumento de la productividad de los trabajadores (menos gastos y más producción). Este aumento de la productividad se logra mejorando la tecnología (herramientas y máquinas para el trabajo), pero la mayor riqueza resultante no se reparte proporcionalmente entre empresarios y trabajadores, aunque sean los trabajadores los que la producen realmente. Los empresarios ganan mientras los trabajadores perdemos, porque se mantiene la misma jornada laboral, al tiempo que aumenta el desempleo y la contratación precarizada; aunque haya crecimiento económico, los trabajadores de conjunto no mejoramos nuestras condiciones de vida. La explotación de la fuerza de trabajo aumentó en 2024 en un 2 %; la misma proporción en que los empresarios lograron aumentar su capital. Las reformas prometidas no llegaron, algunas contrarreformas sí Las reformas que el gobierno prometió no llegaron. En el mejor de los casos, por ejemplo, si en 2025 se aprueba la reforma laboral tal como está propuesta, esta se limita a devolver una parte de lo que nos quitaron, como las horas extras. Pero eso está por verse. Eso sí, vía la aprobación del nuevo Código Procesal del Trabajo, ya se incluyeron muchos elementos de contrarreforma laboral en la legislación, empezando por el recorte del principio de desigualdad compensatoria que regía el código anterior, dejando como iguales a trabajadores y empresarios, sabiendo que estos últimos tienen muchas más ventajas. De otra parte, la reforma pensional aprobada tiene más de contrarreforma que de reforma, entre otras cosas porque obliga a los trabajadores que tengan un sueldo de más de 2,3 salarios mínimos a entregarle parte de la pensión a los fondos privados que solo se dedican a la especulación financiera; mientras que la reforma a la salud va por mal camino, porque aunque no se aprobó, los empresarios avanzaron en garantizar que en la propuesta actual sus negocios (las EPS), como intermediadores, se mantengan, sin garantizar la atención requerida y la entrega de medicamentos a los usuarios. Reducción del salario mínimo Todos los empresarios están llorando porque el “aumento” del salario mínimo no fue igual al valor del índice de la inflación, de 5,2 %, que amañadamente reporta el DANE; lloran porque se aumentó 4,34 miserables puntos por encima. No les importa la deuda social histórica que hay por este tema, pues el valor de la fuerza de trabajo, comparado con el costo de la canasta familiar básica, está por debajo casi en un 50%. Es decir, que mientras la canasta básica en 2025 estará costando más o menos $2.700.000, el salario mínimo queda en $1.423.500. Para los trabajadores, ese aumento nominal, al no estar acompañado de una política de control de precios a los productos básicos, resultará siendo una reducción real, porque la mayor parte de los productos que hacen parte de la canasta básica están indexados al aumento del salario mínimo, entre ellos los servicios públicos y el transporte. Desempleo según el DANE versus desempleo real El DANE reporta una población trabajadora de 25.000.000, de la que 12.866.150 se encuentran en situación de informalidad, y un desempleo del 10.2% (ver tabla de datos abajo). Pero la trampa en estas cifras está en no reconocer que la población con trabajo informal es población desempleada, que está en lo que en Colombia llamamos el rebusque para sobrevivir, pues es población que no tiene las garantías que sí tiene un trabajador asalariado. Para esconder la realidad de este ejército industrial de reserva, de desempleados, se les otorga el título de emprendedores (“empresarios”). Dejando a un lado al DANE, la realidad es que el desempleo está cercano al 60%. En seguridad a la clase trabajadora nos va mal, pero a los ricos en corrupción les va bien Ante el alto porcentaje de desempleo, la redistribución violenta del salario de los trabajadores, mediante el robo, el atraco y el asesinato también aumenta. Los índices de criminalidad en este campo cada vez son más altos. Sin embargo, esto lo aprovecha la burguesía en las elecciones como consigna electoral. Fue lo que hizo Uribe con su Seguridad Democrática, que terminó en mayor sicariato paramilitar y juicios extrajudiciales (falsos positivos) ejecutados por el ejército, y aumento de asesinato de dirigentes sindicales. A la burguesía y a muchos de sus funcionarios les fue bien en corrupción (como todos los años), porque mediante distintos mecanismos, uno de ellos el sistema de contratación con el Estado, logran apropiarse de más de 50 billones de pesos por año, de manera impune. En el mejor de los casos, cuando son condenados por estos hechos, los delincuentes devuelven un 10%, negocian pena anticipada y les dan unos meses de casa por cárcel para luego quedar completamente libres y disfrutar el desfalco. En conclusión, la situación económica y social para los trabajadores fue peor que el año anterior, mientras que para los ricos fue mucho mejor. Con este panorama insistimos, en que la única forma para que los trabajadores lograremos mejorar nuestras condiciones de vida y la de los demás sectores empobrecidos de la sociedad, es a través de la movilización directa, colectiva e independiente, retomando la experiencia y las exigencias del paro de 2021. Para esto, es necesario presionar a las direcciones de las centrales obreras, que tienen capacidad de movilizar, que dejen el cretinismo parlamentario y convoquen un encuentro nacional de trabajadores y sectores populares para organizar la movilización, como en 2021, y conquistar, en la calle, lo que no hemos logrado ni lograremos con la concertación en el congreso, ni con las ilusas expectativas electorales. Post Views: 295