Colombia, Luchas y Movimientos, Negociaciones de Paz, Polémica La minga suroccidente, la lucha por la paz y la lucha por la tierra Publicado por: Editor Central el 20 mayo, 2024 Más en Colombia: ¡Por una reforma radical, paro nacional estatal! 31 marzo, 2025 Una verdadera reforma laboral, solo la logramos con un paro nacional 17 marzo, 2025 Especial #8M: El origen del 8 de marzo 4 marzo, 2025 Por: Pedro Manzanares El pasado 14 de marzo, la Minga Suroccidente (indígena, afro y campesina) con cerca de 8 mil personas se movilizó hasta Puerto Resistencia en Cali, allí se encontraron con representantes del Gobierno, con Francia Márquez y con el presidente Gustavo Petro. Esta reunión se hizo famosa no solo por la importancia de la movilización, sino por el discurso en que Petro reconoce algunos de los que considera sus errores y hace un llamado al poder constituyente, tema que analizamos en otros materiales. ¿Apoyo al Gobierno o exigencia de cambios? La Minga Suroccidente, compuesta por el Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, el proceso de Comunidades Negras, el Coordinador Nacional Agrario, la Ruta Pacífica de Mujeres del Cauca, entre otros, ha sido de las pocas organizaciones que han mantenido una cierta independencia del gobierno. Su política se podría catalogar como de apoyo crítico, política en la cual se apoyan las medidas que se consideran progresivas del Gobierno, pero sin darle un cheque en blanco, criticando y exigiendo lo que se considere pertinente. Esta política se diferencia de la del PST que es de independencia sin apoyo de ningún tipo al gobierno, con defensa de las conquistas en caso de ataques; pero también se diferencia del apoyo incondicional de muchos otros sectores. Entendemos claro, que se trata de un sector heterogéneo donde hay diferentes posturas y se expresan debates. También reivindican la movilización como “un derecho que no se negocia .. y un deber ciudadano para mantener la soberanía del pueblo.”[i] El encuentro se logra en Puerto Resistencia, donde las autoridades indígenas presidieron, si bien no se trataba de una confrontación con el Gobierno nacional, había más de exigencia que de respaldo. Hay que recordar que hace unos meses la Minga había estado en Bogotá, donde se sumaron a una movilización de apoyo a Petro, hasta ahora sus reclamos y preocupaciones siguen sin ser resueltos, lo que motivó esta nueva movilización. Definieron ir a Cali en apoyo a las reformas, y a exigir transformaciones para la paz, dado que sus territorios están azotados por la violencia, esto sumado a los problemas estructurales que viene arrastrando el país. La paz en la encrucijada El problema fundamental, pero no el único, que enfrentan las comunidades del suroccidente colombiano, es el problema de la violencia, sus territorios están en permanente disputa por parte de actores armados que van desde el ELN, las llamadas disidencias y el mismo ejército nacional, que lejos de proveer paz o seguridad, se convierte en un grupo armado más con el cual lidiar. Si bien es comprensible la decisión de Petro, el fin del cese al fuego y el combate a estos grupos, solo profundiza los problemas. El problema de la tierra, es un problema milenario, y la lucha por su liberación es una lucha que es objetivamente contra el latifundio, contra la gran burguesía terrateniente, y la estructura misma del capitalismo en Colombia, cuyo modo de acumulación está directamente ligado a la renta de la tierra, al monocultivo, la ganadería, pero también al tema del narcotráfico. No en vano gran parte de los capos del uribismo y sus negocios se encuentran en el Cauca, y se oponen férreamente a cualquier transformación democrática. Por eso sin una reforma agraria democrática y radical, y sin un verdadero cambio en la estrategia frente a las drogas, que implique la legalización y regulación de los cultivos y sus productos, estos territorios continuarán estando en disputa y asediados por el peso de la economía ilegal. No es un secreto que los campesinos siembran lo que mejor se venda y les ofrezca mejores condiciones de subsistencia, y si bien este Gobierno tiene la política de no perseguir a los cultivadores; esto no es suficiente, porque la comercialización, transformación y posterior tráfico del producto al ser un negocio ilícito, es el caldo de cultivo para los grupos ilegales de toda índole, que finalmente buscan el control de estos negocios. Mención aparte merecen las llamadas disidencias, que no solo asedian a las comunidades, disputan el control territorial y el negocio del narcotráfico, sino que reclutan a los jóvenes locales para sus filas; existe hoy en día un debate sobre el carácter de estas organizaciones y el tratamiento que se les debe dar. Su accionar contra las comunidades, hace que muchos los consideren directamente paramilitares aunque su relación con estructuras del Estado o el ejército es difícil de comprobar al menos en el suroccidente, su comportamiento es más parecido a las llamadas Bacrim, que si bien son heterogéneas y algunos sectores aún conservan alguna ideología, su carácter de organización beligerante que lucha contra el régimen se hace cada vez más dudoso, muestran una dinámica progresiva hacia la degradación política y moral. De lo que no hay duda es que son un obstáculo para la organización independiente y atentan contra el derecho de los indígenas, afros y campesinos a gobernar en sus territorios. ¿Qué le pidió la Minga a Petro? La Minga le pidió a Petro garantías -jurídicas y financieras- para buscar la paz por su cuenta, o al menos un cese al fuego multilateral en sus territorios, Petro por su parte reconoció la autoridad de los gobernantes indígenas y reconoció en su discurso la incapacidad del Gobierno de lograr no solo la paz sino transformaciones profundas en la sociedad. La situación en el Cauca, así como el curso de las reformas en el Congreso, demuestran los límites del proyecto progresista. No solo la Minga, sino los demás movimientos sociales se quedaron esperando el anhelado cambio, pero la realidad es que Petro tiene razón, el régimen político es un obstáculo absoluto para cualquier transformación de fondo, pero Petro sigue insistiendo en desarrollar el capitalismo, nosotros creemos que no solo se justifica una constituyente, sino que va a ser necesaria una revolución. Entretanto, reconocemos el derecho de las autoridades y los pueblos originarios a gobernar y buscar el cese al fuego en sus territorios, y alertamos con preocupación sobre el devenir de las llamadas disidencias, y el grave daño que siguen causando. publicado en ES 753 abril-mayo 2024 [i] Posicionamiento político de los sectores sociales y populares del sur occidente colombiano -Cauca, Nariño-Huila-Putumayo, Caldas, Valle, al señor presidente Gustavo Petro Urrego. Post Views: 1.361